En septiembre del 2008, el equipo de asesores de imagen genovés
encargó un dictamen sobre el perfil mediático del candidato
popular a un reputado gabinete estadounidense.
Tres meses después recibieron un voluminoso dossier que
podría resumirse en estas pocas palabras:
"Se equivoca, por lo tanto, quien sostenga que los problemas
mediáticos del candidato estriban en su negatividad o
antipatía. Su gran problema radica en que es decimonónico".