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Inglaterra - Italia: La experiencia italiana de Hodgson

Publicado el 24 junio 2012 por Pablo_fernandez @plusmarcaweb
Para muchos puede ser uno de los seleccionadores con menos carisma del torneo. Roy Hodgson, un hombre que no llegó a profesional de primer nivel, con problemas de dicción y que tras treinta y seis años de carrera sólo puede presumir de haber ganado títulos en Suecia y Dinamarca habiendo tenido oportunidades en históricos del fútbol mundial, no generó mucha alegría entre sus paisanos al ser nombrado seleccionador. Las malas lenguas dicen que la elección de Gary Neville como parte del staff técnico se debe a tener un hombre con mejor imagen ante la prensa y los jugadores.
Con este escenario no es de extrañar que todo el mundo se haye sorprendido del buen papel de la selección inglesa en esta Eurocopa. No había tiempo para trabajar tras la salida de Capello y quizá la opción Hodgson en este marco encaje más de lo que en teoría debía hacerlo. Todo esto ha hecho que la previa ante Italia sea encarada con optimismo para cerrar la ronda de Cuartos de Final en unas horas.
Inglaterra - Italia: La experiencia italiana de Hodgson
Pero más allá de lo que hay directamente en juego, seguro que para el bueno de Roy será una oportunidad para limpiar su nombre ante un sector del público italiano que no es que le procese odio visceral pero sí al que sí dejó una marca en forma de decepción después de sus tres pasos por la Serie A. Dos equipos contaron con el técnico inglés, Inter de Milan (en dos etapas) y Udinese en momentos que poco o nada tienen que ver con lo que son actualmente y donde Hodgson, con medios a su disposición, no pudo sacar buen partido. Para muchos flagrante fue su paso por Milan para dirigir al Inter. Después de su gran trabajo al frente de la selección de suiza, desde la ciudad lombarda se pensó que podría sacar buenos mimbres de un plantel potente que soñaba con derrocar la dictadura rossonera y hasta se le permitió el capricho de traerle a Paul Ince, al que el propio Hodgson señaló como la única figura de nivel mundial del equipo y que en los dos años que estuvo en el Inter no justificó tal afirmación.
Llegó al equipo con el torneo comenzado y quizás por ello perdió algo de trabajo que el resto de sus rivales ya habían hecho en pretemporada por lo que el sexto puesto liguero, clasificándose para la UEFA no parecía mal resultado, al menos no se perdía el status y quien sabía si dando más tiempo se podría armar un equipo sólido que peleara de forma real el título. Y a pesar de que aquel segundo año la tendencia mejoró con el tercer puesto en Serie A y el subcampeonato de la UEFA (aunque para muchos fue una amarga sorpresa la derrota en casa ante un Schalke 04 que poco tenía que ver con lo que es hoy) para muchos fue imperdonable que el curso se iniciara con la venta de Roberto Carlos en favor de afianzar a Pistone como lateral izquierdo. Contó tiempo después que su idea era posicionar al brasileño en un lugar más avanzado pero que la negativa del lateral fue decisiva para su salida del club (no siendo el único jugador con el que tuvo problemas). Ese hecho le marcó, sobre todo ante los aficionados que le despidieron a monedazos tras la final de la UEFA. Fue su último partido. Se veía 'sobrante' y no acaba de confiar en la fe de Moratti en su proyecto. Un par de años después, el Inter le decidió contratar como parte del staff técnico y acabó dirigiendo al equipo hasta final de temporada después del fracaso de Lucescu y la temporalidad de Castellini.
Inglaterra - Italia: La experiencia italiana de Hodgson
Tras aquel verano volvió al fútbol inglés y al danés, pero el Calcio no se olvidó de él y desde Udine se le puso al frente de sus embrionarios proyectos de apostar por jóvenes talentos sudamericanos... pero la cosa no cuajó. Seis meses duró como técnico del Udinese dando paso a su periplo más exótico con trabajos de nuevo en Dinamarca, pero también como seleccionador en los Emiratos Árabes y en Finlandia.
Hoy Hodgson jugará, tal vez, no su partido más importante de su carrera pero sí uno de los más emotivos. La oportunidad de llevar a su país a unas seminifinales a costa de un fútbol que se lo ofreció todo pero que no le 'perdonó' en la derrota es un aliciente suficientemente atractivo como para poder eclipsar un partido entre dos históricas pero que están buscando su personalidad después de unos años complicados.

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