¿Se imaginan ustedes que existiera un libro escrito en un idioma que nadie entendiera? ¿Y que estuviera además lleno dedibujos y gráficos que nadie supiese interpretar? ¿No sería intrigante un libro así, de factura medieval, de cuidada caligrafía y vivo colorido, que hubiera llegado hasta nosotros sin título, sin fecha y sin nombre de autor? Pues lo cierto es que tal libro existe, y que no son estos los únicos hechosinteresantes relacionados con él.
Ahora nos vamos a Italia. Allí, en la ciudad de Frascati, había un antiguo edificio llamado Villa Mondragone, que pertenecía a la Biblioteca del Vaticano y que los religiosos jesuitas habían convertido en escuela privada. A principios del siglo XX, necesitados de dinero, los religiosos decidieron vender parte de los fondos de su biblioteca. Ante tal reclamo para bibliófilos no es de extrañar que Voynich viajara hasta allí y acabara comprando una buena cantidad de manuscritos. Entre ellos estaba el libro indescifrable, que desde poco después sería conocido como Manuscrito Voynich. Esto ocurrió en 1912 y desde entonces hasta hoy el manuscrito Voynich ha seguido siendo un verdadero misterio sin resolver. Muchos expertos, incluido el propio Voynich, trataron de descifrar el contenido de sus páginas, y tan imposible resultaba que algunos decidieron que el libro era una falsificación, que el idioma en el que estaba escrito era una lengua inventada y que en realidad no había nada que descifrar porque no significaba nada.
A pesar de todos los intentos, serios o disparatados, por descifrar el enigma, Voynich murió en 1930 sin saber cuál era el mensaje de su libro.El siguiente propietario del manuscrito fue un coleccionista americano, Hans Peter Kraus, que lo compró a los herederos de Voynich en 1961, y que en 1969 lo donó a la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, donde se conserva en la actualidad. Y de actualidad vuelve a estar el manuscrito Voynich en 2014. El pasado mes de febrero se anunció que Stephen Bax, lingüista de la universidad de Bedfordshirey experto en manuscritos medievales, ha conseguido penetrar en el misterio del libro y dar con la clave para desentrañarlo, utilizando minuciosas técnicas de análisis lingüístico. Así ha logrado decodificar nueve palabras, correspondientes a nombres de estrellas y plantascomo tauro, centaurea, algodón o eléboro. Según el catedrático, estas palabras, que pueden ser el punto de partida para descifrar el texto completo, llevan a pensar que el manuscrito Voynich es probablemente un tratado sobre la naturaleza y que está escrito en alguna lengua oriental.Qué emocionante tiene que ser descubrir el misterio de un libro cuyas páginas han permanecido en silencio durante 600 años. Qué emocionante debió de ser para Wilfrid Voynich intuir la importancia del manuscrito que le había comprado a los frailes italianos. Y qué emocionante es imaginar a alguien, perdido en el tiempo, escribiendo esas páginas, llenándolas con palabras secretas y dibujando, a la pobre luz de una vela, enigmáticas figuras. Alguien queriendo dejar testimonio de sus ideas; queriendo preservar, con enorme esfuerzo y dedicación, lo que sabía de su mundo que es también el nuestro.