Ingreso en la UCI

Publicado el 23 julio 2021 por Luz1983

La enfermedad es extraña. Llega y ¡bang! Un tiro a la rutina y caer de bruces al otro lado de la realidad.

Estás con ellos, comes, bebes, vas al baño, te diviertes o te aburres, peleas, discutes, te juntas y te separas y en un cero minuto de tiempo, un no se qué me pasa, un qué raro me duele entre risas que nada te hace sospechar.

Ir a urgencia, los nervios, la incertidumbre, el miedo y la espera y ¡bang! "Tiene que irse, no puede estar aquí, hay que llevarlo a la uci."

Y sales flotando a un mundo desconocido. 

Los minutos tiemblan, las horas, los días, voces que te hablan de lejos sobre un estado que no te dejan comparatir. Sigue igual, entubado y sedado. De pronto puedes ver una hora tras un cristal y te quedas en estado fantasma. 

Te dicen es normal, está estable, se está normalizando hasta que  un hongo, una bacteria y empezar otra vez. 

Sabes que el otro mundo sigue su ritmo, lleno de vida con risas o lucha, con problemas de dinero, el precio de la luz, el calor. Las vacaciones. La inauguración de los Juegos Olímpicos. Olas de contagios. Miles y miles de muertes por inundación, masacres,  asesinatos, violencia... 

Y tú has logrado estar en directo junto a él con un traje de astronauta una hora al día. Sus 36 años sedados, un mínimo movimiento mientras le hablas a su inconsciente de una rutina que no tienes, que se ha roto y que no debe saber. 

Te vas hasta el día siguiente y muestras carácter y resistencia que cubren un interior inflado de miedo y de nube. 

Y ahí te quedas, esperando el teléfono, las horas... Un mes y medio esperando ya.