Yo no del todo fina... A punto he estado hoy de abandonar la práctica. Mi hija ha contraído una grastoenteritis y hemos tenido una larga visita al hospital. Afortunadamente hemos podido regresar a casa, aunque tarde en la noche y bastante cansados... Aun así, me he retirado cinco minutitos para realizar esta quinta meditación. El recorrido por las zonas corporales, esta vez más autónomo, me ha permitido constatar hasta qué punto estaba angustiada por mi hija... Incluso he podido visualizar, de nuevo, dónde se alojaba esa angustia: en mi vientre, justo en la zona del estómago.Me he sentido un poco más serena y he aflojado el control una vez terminada la meditación.En efecto, mi mente pretendía distraerse, pero tal y como indicaba German Ruiz en sus indicaciones, he sonreído a cada distracción y he retomado la atención. Incluso diría que la angustia que sentía me mantenía más despierta.Tambien he comprobado que poco a poco en casa también están entendiendo que este es mi espacio de meditación diario y comienzan a ver como normal que sea respetado por todos -incluyéndome a mi misma-.Quizás a ti tambien te pase, quizás tengas que marcar "tu espacio" y ser tu el primero en respetarlo para que la meditación comience a ser un hábito.
En medio de la inquietud, de la angustia, es más difícil encontrar este espacio de calma. Y también más meritorio...
Espero verte por aquí mañana para la sexta meditación. Un abrazo.