El patrón suele repetirse en diferentes equipos y organizaciones. Por una parte se encuentran los iniciadores. Son personas creativas e innovadoras. Siempre tienen ideas y proyectos nuevos e impulsan acciones novedosas para que el equipo avance. Por la otra parte están los opositores. Son aquellos que discrepan de las nuevas ideas, pues ponen sobre la mesa sus fallos y sus puntos débiles.
El baile comienza cuando los iniciadores plantean sus ideas y proyectos. Son innovadoras, atrevidas e incluso disruptivas. Tanto que se tendrán que enfrentar a las voces discrepantes de los opositores y se generará una tensión entre ambos. A partir de ahí el patrón deriva hacia dos escenarios posibles: el conflicto o la magia.
Cualquier observador externo tiende a sentir atracción por los iniciadores. Pues ellos ellos no conciben límites. Ponen toda su energía para impulsar cosas nuevas y actúan desde el optimismo. Sin embargo también es cierto que este optimismo puede alejarles de la realidad y hacer que se precipiten.
De la misma manera, los opositores no suelen despertar muchas simpatías. Después de todo, no es agradable escuchar voces discordantes que enfrían toda la creatividad y el entusiasmo de los iniciadores. Sin embargo, detrás de esas voces se encuentran personas que no se han dejado arrastrar por la corriente de optimismo y que ponen sobre la mesa las consecuencias perjudiciales de cada innovación. La discrepancia eficaz introduce nuevas perspectivas al debate que ayuda a los iniciadores a mantenerse conectados con la realidad, a revisar sus ideas y a no adentrase en un camino peligroso.
La tensión entre iniciadores y opositores puede derivar en conflicto, en una lucha entre bandos que se aferran a sus posiciones hasta llegar a un resultado de bloqueo o de victoria/derrota. Pero también puede derivar en magia. El debate entre ambas posiciones puede mejorar el proyecto inicial, reforzarlo para cubrir sus puntos débiles, y continuar el proceso creativo que iniciaron en su momento los innovadores.
¿Qué es lo que hace que la creatividad termine en conflicto o en magia? En algunos casos puede depender del liderazgo. En otros, de la cohesión del equipo. También son importantes la cultura de la organización o el perfil de sus miembros (actitud, escucha, tolerancia, respeto…). Merece la pena trabajar en todas estas direcciones pues toda la creatividad de su organización puede dar lugar a una batalla campal o a un baile, un proceso natural por el que todas las personas contribuyen a crear un resultado excelente e innovador. ¿Bailamos?
NOTAS
Puede obtener más información sobre la tensión entre iniciadores y opositores en El Impulso Irracional. Esta obra de Ori Brafman y Rom Brafman está publicada por Espasa.