Inicios de la conversación 2.0

Publicado el 20 junio 2009 por Esthernet

Hace poco salió un estudio realizado por EMI (Escuela de Marketing Interactivo) en el que se evaluaba el conocimiento de marketing interactivo de los ejecutivos de marketing en España. Las conclusiones, impresionantes: 4,1 sobre 10. Vuelvo a repetir, impresionante. Pero lo más increíble es que por otro lado, el 71% de los encuestados considera el marketing interactivo como una actividad como importante o muy importante dentro de la organización. ¿Cómo es que entonces las organizaciones no han tomado suficientes medidas para adecuar los conocimientos a las necesidades de las empresas? Sobretodo si tenemos en cuenta que menos de la mitad de los encuestados considera necesario incorporar profesionales especializados dentro de sus organizaciones.

Para todos aquellos marketeers como yo que han pasado gran parte de su vida profesional en el marketing 1.0, éste es el momento ideal para adentrarnos en la esfera 2.0 y poder aportar dentro de nuestras empresas estos conocimientos. Como yo, habrán muchos profesionales que tengan blog personal, cuentas en las principales redes sociales (linkedin, xing, viadeo,...), twitteen de forma cada vez más asídua, experimenten con nuevos formatos (podcast, video web,...), se rompan la cabeza intentando ser lo más conocedores posible de posicionamiento y analítica web, etc. Pero lo confieso... es agotador... aunque increíblemente adictivo.

Sí, adictivo. El otro día escuchaba el primer podcast de Keyword, de Gonzalo Alonso y Martín Maslo, dónde hablaban del stress 2.0 (totalmente recomendable). Realmente estamos llegando a esa situación: si no estamos participando de la conversación nos dá algo. A mí personalmente me pasa. Me cuesta horrores asimilar el contenido que me llega de los sitios donde participo ( twitter, linkedin, facebook, RSS, inusual, Bits PR,...) y después ponerme a escribir en mi blog. ¿Que debería hacer primero, leer contenido o aportar contenido? Como iniciada en este mundillo, aún debo adquirir la rutina que me permita gestionar todo esto, además de llevar a mi familia (dos niños pequeños son algo agotador, aunque estimulante) y trabajar en la empresa en la que estoy.

Ahora mismo me encuentro en la fase de enamoramiento (como cuando empiezas en un nuevo trabajo). Acabo cansada pero la adrenalina sigue por las nubes. Es la emoción del enamorado. Espero que dure toda la vida.


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