Nació en 1983 y creció en Madrid. Poco por lo que se ve. Fue un niño pijo que jugaba a ser un Che Guevara. Se convirtió en un boy scout en su adolescencia tras una sobredosis de Fresisuis.
Seguramente conoció a alguna chavala y se metió en grupos anarquistas y comunistas.
Luego fue a países segundomundistas a recibir paguitas y vio que había tres comidas al día en Venezuela. Bueno, él a lo mejor, el resto igual una o ninguna. Volvió hablando maravillas del sistema venezolano y con los bolsillos llenos de billetes.
Fundó con otros getas un partido político llamado Podemos aprovechando el movimiento 15M. Unos meses después el partido concurrió a las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. Podían haberlo dejado ahí, como una broma, pero no, siguieron dando la matraca.
Los medios de comunicación le rieron la gracia y no debaja de aparecer en las tertulias televisivas con su monserga progre.
Fue elegido candidato de Podemos a la CAM, pero luego se fue a Más Madrid, la plataforma de Manuela Carmena porque le daba magdalenas o algo así.
Meses después anunció que concurriría con Más País a las elecciones generales de 2019.
El pésimo resultado electoral (solo tres diputados de mierda), lo deprimió. Incluso Carmena le dejó de dar magdalenas.
Ahora no lo quiere ni los madrileños, ni los podemitas y es cuestión de tiempo que desaparezca del panorama. Tendrá que irse a Venezuela para poder comer tres veces al día.