No sé por qué llegada cierta edad hay mujeres a las que le da por vestirse a todas horas de lo que en las revistas (y en los blogs de moda en condiciones, que esto es más en confianza) llaman “animal print”. O sea: el estampado de leopardo de toda la vida (o de cebra, que también).
Empiezo, como en un grupo de terapia, reconociendo que yo tengo alguna prenda leopardina, alguna. Un bolso, unas sabrinitas, algún pañuelo, ah y en mi último viaje a Londres me traje un chaquetón de peluche (es muy mono, calentito y me recuerda al de la Nancy). Lo reconozco.
Pero no abuso de ello, faltaría más, y además siempre que llevo algún complemento de leopardo, voy totalmente vestida de negro para compensar (también es verdad que yo suelo ir siempre vestida de negro, uy de eso no he hablado, ya tengo otro tema).
Ahora: salir a la calle y verte a una mujer de aproximadamente 45 años, con un pelo rubio amarillento, sus leggins de leopardo y su chaquetón de cebra es algo que me afecta bastante. ¿Quién decidió que un “total look” de “animal print” (o sea, ir entera de leopardo) te hace parecer más joven y moderna? ¿Quién, que lo mato?. ¡Qué daño han hecho Versace y Dolce y Gabanna a la humanidad! Cuanto dolor…
Y además resulta que por lo visto es muy fácil hacer la versión barata del “animal print” porque lo venden en todos lados, de todas las maneras, de todas las hechuras posibles. A veces al entrar en un chino pienso: “a ver si es que es el año del tigre…” , pero no, ni año de tigre ni respeto a la tradición china ni nada de eso. Es que se vende a mansalva.
Pues eso, que lo veo innecesario, la verdad. Que como todo en esta vida, el abuso es malísimo, pero malo, malo, malo. Que porque una salga a la calle en plan: “Yo lo que quiero es que me coma el tigre, que me coma el tigre”, no te va a comer ningún tigre, nisiquiera un minino callejero. Que no quitan años, que lo hace es que parezca que estás desesperada por parecer más joven.
En fin, que no soy yo nadie para dar consejos. Pero expreso mi opinión. Libre y felina.
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