Como explica Vicent Martínez, responsable de este proyecto en AIMPLAS, “con esta nueva tecnología conseguiremos que los envases inyectados de polipropileno, una de cuyas aplicaciones más comunes son las tarrinas de helado a granel que se venden en supermercados, puedan ser reciclados y que con el material resultante se puedan volver a fabricar envases”.
Hasta ahora, reciclar estos envases resultaba difícil al llevar en la mayoría de los casos etiquetas impresas adheridas que no permitían un reciclaje de calidad. Por ello, el material obtenido solo podía utilizarse para aplicaciones de bajo valor añadido como tuberías, elementos de mobiliario urbano, etc.
El desarrollo del proyecto también comprende el reciclado de residuos post-industriales de films impresos y laminados de plástico utilizados en aplicaciones de embalaje flexible. Se estima que el porcentaje de estos residuos puede suponer un 5% del total del material plástico que se procesa en las fábricas, por lo que sólo en Europa se podrían recuperar más de 500.000 toneladas de materiales plásticos, con el consiguiente ahorro para las empresas del sector y beneficio medioambiental.
Este proyecto, denominado CLIPP, se inició en enero de 2011 y está previsto que en breve comiencen las pruebas a nivel de planta piloto.
La investigación dirigida a estos resultados ha recibido financiación del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea y su consorcio lo constituyen 10 socios de 4 países (Alemania, Inglaterra, Eslovenia y España).