Innovicidios

Por Joseluisp

No es difícil reconocer a un innovicida en cualquier organización. Los innovicidas viven en el exceso de la crítica y actúan desde una posición que consiste en cuestionar y en juzgar toda idea o proyecto que pueda surgir de la mente de sus compañeros.

Cualquier persona que alguna vez haya puesto en marcha algo nuevo conoce su modus operandi. Cuando se presenta una iniciativa esta será sometida a la más feroz de sus críticas, pues los innovicidas le pronosticarán el mayor de los fracasos. Si a pesar de ellos esta iniciativa se pusiera en marcha, ellos estarán observando y aprovecharán cualquier obstáculo que aparezca para recordar a los demás cuanta razón tenían con sus críticas y sus augurios.

Los innovicidas no son buenos ni malos, pues siempre es saludable que el proceso proceso creativo tenga cierta exposición a ellos. Son necesarios porque representan puntos de vista diferentes a los del innovador y, gracias a ellos, aspectos que no habían sido inicialmente contemplados pueden ser tenidos en cuenta e incorporados para mejorar y reforzar el proyecto inicial. Sin embargo, cuando su presión es excesiva, pueden hacer desaparecer por completo cualquier atisbo de innovación o de creatividad que se produzca en su entorno.

No piense que los innovicidas sólamente existen en el ruedo empresarial. También se encuentran en la política, o en el mundo de la cultura, o en los deportes. Están en su entorno familiar y en su círculo social.

Si detecta a su alrededor la presencia de innovicidas, protéjase de ellos. A su alrededor nada cambia ni mejora, pues son el sistema inmunológico del status quo. Defienden el establishment como si fueran su guardia pretoriana. Son la pesadilla de los creativos. Una verdadera maldición para los innovadores.