Por Daniel Vittar
La comunidad sirio-libanesa en la Argentina, un poco más de 3.500.000 personas, es el tercer mayor grupo inmigratorio del país.
La crisis que enfrentan los países árabes impacta en la gran mayoría de ellos ya sea en forma directa, porque tienen familiares y amigos en la región, o indirecta, por los vínculos culturales o comerciales. En diálogo con Clarín, los dirigentes de las entidades que los agrupan respaldaron los reclamos populares y los cambios que puedan venir en el mundo árabe, pero rechazaron de plano la injerencia de las potencias occidentales.
Es un situación que preocupa ”, reconoce Hamid Dib, presidente de la Confederación de Entidades Argentino Arabes (Fearab). “Democracia en los países árabes no ha habido, lamentablemente, pero es a causa de la intromisión de las potencias occidentales”, dice. Inmediatamente agrega que “no es correcto que haya gobiernos tanto tiempo. Nosotros que vivimos en Occidente vemos la vida democrática en libertad, y es lo que deseamos para nuestros pueblos”.
Con ironía y algo de filosofía, Dib resalta que “el problema de algunos países árabes es la riqueza que tienen con el petróleo, que a veces les trae más inconvenientes que beneficios”. Lo dice para argumentar que las potencias occidentales están en realidad detrás de los pozos petroleros en la región. “Usaron 42 años a un dirigente en Libia –por Muammar Kadafi– y ahora ya no les sirve. Entonces tienen que buscar a otro”, remarca.
Sattam al Kaddour –sirio de origen y actual secretario General de la Cámara de Comercio Argentina Arabe– dice que están “ muy doloridos y apenados por lo que está pasando ” en su país. Y no descarta que la crisis afecte el intercambio comercial. “Cambios tenía que haber hace años –opina, en un castellano conjugado con dificultad– y para Siria no es tarde si aplica ya los cambios necesarios. Hace años que hay una apertura económica, pero no política, por eso es bueno que piensen en levantar el estado de emergencia”. Al Kaddour considera que ahora puede haber “mayor participación popular y de partidos políticas”.
Otro de los dirigentes de la comunidad árabe es Brahim Yaoudat, quien fue presidente del Club Sirio Libanés y también de Fearab. Para él, primero hay que “entender y respetar las cuestiones culturales, religiosas y políticas”. “ La región es muy particular y a veces se tiene una imagen muy apresurada de los países árabes . Hay que tener en cuenta que cada país tiene una idiosincrasia propia”.
“Creo que todos los movimientos serán bienvenidos para mejorar la situación de los pueblos, pero eso es una determinación de ellos, no puede ser todo por influencia de las potencias”, afirma. “No estamos de acuerdo con ninguna invasión”, aclara ante los acontecimientos en Libia.
Fuente: clarin.com