inseguridad comunicacional

Publicado el 16 octubre 2011 por Libretachatarra

Seleccionamos algunos párrafos del reportaje al semiólogo y periodista español Ignacio Ramonet publicado en “Ñ”

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Hoy, cuando los ciudadanos toman contacto con la información, no están seguros de que esa información sea verdadera. No me refiero a una intencionalidad de mentir, sino a que el sistema mediático no puede garantizar en el momento que emite la información, que esa información sea verdadera. Por ejemplo, todos los días nos enteramos de que Kadafi se encuentra en tal lugar, que va a ser detenido, que al hijo de Kadafi lo dieron por detenido… ¿Quién está en el origen? No me interesa. Me interesa que la información no funciona.
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El sistema que se dice “el más sofisticado de la historia de la comunicación”, con más tecnología, es incapaz de dar una información elemental. Eso es lo que llamo inseguridad comunicacional. Es semejante a muchas otras inseguridades. La alimentaria; consumes carne o fruta y te estás envenenando. La inseguridad, de una dimensión estructural en nuestras sociedades modernas, también existe en la información.
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Quizá nuestro error sea pretender que una información, cuando la recibimos, ya esté perfecta. Eso es una exigencia de la era industrial, que se caracteriza precisamente porque las cosas se realizan, se fabrican, exactamente como han sido previstas. En la era digital no es así. Aunque nos choque, aunque nos escandalice, la información, cuando se difunde, es una información aproximada. Tenemos que ir perfeccionándola, interviniendo con herramientas, corrigiendo de aquí y de allá. Los propios periodistas, el sistema mediático, ya no controlan la información. En cierta medida, ya no ejercen el monopolio de la información. Hay que contar cada vez más con la información de los internautas para poder construir una información más exacta.
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Yo diría que en este momento hay una colaboración objetiva entre los usuarios y las empresas. Primero los usuarios les están agradecidos por haber inventado las herramientas que antes no existían. Esa fascinación hace que no se vea la relación de poder que varios filósofos plantearon.
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Teóricamente, Internet permite una mayor democratización del conocimiento y un uso democrático de la política. Muchas informaciones indispensables ya circulan por Internet. Entonces, teóricamente, se puede avanzar hacia una democratización del saber, del conocimiento. Ahora, las dificultades son las de siempre. Carr dice que cuanto mayor es la extensión, menor es la profundidad. El no dice que idiotiza, sino que desarrolla ciertas aptitudes. Por ejemplo, ser capaz de saltar de un tema a otro muy rápidamente. Eso imposibilita prácticamente profundizar en un solo tema... Lo que se gana por un lado, se pierde por otro. Internet es a la vez una posibilidad virtual de ir hacia una democratización del conocimiento y de la información pero también es la posibilidad de ir hacia una cretinización de la sociedad informatizada.
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Los periódicos no van a desaparecer, porque la sociedad seguirá necesitando información con otro ritmo, más lenta, que es lo que permite la prensa escrita, con periodistas capaces de contextualizar, que es algo fundamental para situar la noticia en tiempo y espacio. Y, por otra parte, la capacidad de que un medio escrito tenga algo que ver con un estilo literario. Los ciudadanos siempre querrán leer historias bien contadas. Hay que recordar que el público actual está mucho mejor formado que cualquier otro público de una época anterior, y está exigiendo más… Hay razones para ser optimistas.
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Creo que el deber principal de un periodista es producir información según criterios profesionales. Hablar de periodistas militantes es una contradicción en su término, pero existe. Y también existen empresas militantes. Eso no es bueno para los periodistas, no es bueno para la relación que tiene que tener el medio con la sociedad. La sociedad necesita del periodismo. El periodismo está para desvelar lo que no funciona en una sociedad desde muchos puntos de vista. En una sociedad democrática, este tipo de debate que ustedes tienen aquí en la Argentina, surgen. Mira, Francia con toda su experiencia democrática, con todas sus precauciones, instituciones que vigilan, deontología, tiene este debate. Hay allí un sector público que depende, en cierta medida del Estado, pero siempre se sospecha que el gobierno pueda intervenir. Por otra parte hay grupos mediáticos muy importantes que defienden sus intereses empresariales y también se sospecha que lo que publican, sobre todo hablando de Francia donde los grupos empresariales son grandes grupos que trabajan para el sector militar o el de la construcción, esté relacionado con sus intereses. Este debate no es un debate argentino, si me permiten. Ocurre en todo el mundo.
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Reportaje de HORACIO BILBAO a IGNACIO RAMONET
“Hoy los periodistas están poco protegidos”
(ñ, 05.10.11)