La seguridad es algo que se conquista, que se adquiere al consagrar un espacio de consumación personal.
Lo que hay que hacer es atacar los motivos que generan el desmadre violento, preguntarse por qué alguien sale a robar o cometer cualquier acto vandálico, y no cuidar o preocuparse por las posesiones propias.
Así, cada cual podrá arremeter en pos de su propia seguridad sin intermediarios.
El afuera puede estar desmadrado, pero no es papá Seguridad que vendrá a socorrerlos.
Los cambios empiezan por casa, y buscando las razones que ocasionan los efectos es que podrá arreglarse algo de todo esto.