Insidious: Capítulo 2. El "legado" de Wan

Publicado el 23 octubre 2013 por Banacafalata
INSIDIOUS: CAPÍTULO 2 Título Original: Insidious: Chapter 2 Director: James Wan Guión: Leigh Whannell Fotografía: John R. Leonetti Música: Joseph Bishara Intérpretes: Patrick Wilson, Rose Byrne, Lin Shaye, Ty Simpkins Distribuidora: eOne Fecha de Estreno: 25/10/2013
Allá por 2004, un barbilampiño James Wan sorprendió a propios y extraños con su brutal irrupción en el terror de la mano del psicópata Jigsaw y sus macabros juegos en la portentosa Saw. A veces irregular con alguna de sus películas de género, volvió a una senda más madura y terrorífica con The Conjuring, consagrándose como uno de los autores a tener en cuenta en el terror. Sin embargo, para fastidio de sus fans, este verano James Wan anunciaba que se retira como director de películas de miedo porque se ha pasado los últimos diez años asustando al público y sentía que ya era hora de evolucionar para no quedarse encasillado. Según él, la secuela de la mediocre -pero exitosa- Insidious es su última incursión en el terror. Su próximo proyecto será la nueva entrega de la longeva saga A todo gas, un cambio drástico a lo que nos tiene acostumbrados. No hay que alarmarse; todos sabemos que la palabra de los directores nunca es de fiar al 100%. Ahí, sin ir más lejos, tenemos reciente el caso de Soderbergh, quien ya se ha retirado unas cuantas veces de su profesión.
Mientras se despejan estos nubarrones, Wan vuelve por segunda vez este año a las carteleras españolas con Insidious 2, sin apenas darle tiempo al espectador para reponerse de la sugestiva, espeluznante y efectiva The Conjuring. Esta segunda entrega de Insidious ha sido posible gracias al éxito de la primera a pesar de que ésta adolecía de previsibilidad, uso del sonido alto para los sustos y un giro un tanto ridículo. En la secuela, algunos de estos tics siguen presentes pero se nota un tanto la madurez del director en lo que a creación de ambientes tétricos se refiere. Insidious 2 comienza cuando la familia Lambert se muda a casa de la madre de Josh con la esperanza de dejar atrás sus vivencias diabólicas. Sin embargo, pronto descubren que los espíritus aún no les han abandonado. Aunque la familia ignora qué sucede, el espectador ya lo sabe pues así te lo muestran en el final de la primera película. Wan insiste en que la conclusión de Insidious no estaba hecha para una posible secuela pero, ¿a quién quiere engañar? Dice lo mismo de esta segunda parte y tiene un final más que abierto para continuar con la franquicia al poder jugar con los orígenes de los espíritus. 
Los sustos comienzan en los primeros compases del film. Al principio, el director sabe recrearse con la sugestión y la tensión, se palpa un ambiente de mal rollo en esa enorme casa con tantos rincones oscuros. Pronto vuelve a caer en los defectos de su primera parte al mostrar, sin pudor y en primer plano, los entes demoníacos y fantasmas a golpe de una chirriante subida de volumen. Con esto, la efectividad de pasar miedo del puro cae ya que no juega tanto con la mente de su público y opta por el convencionalismo intrínseco al género de los últimos años. Todo esto por no hablar de los giros de guión muy risibles que tanto duelen a los amantes de las horror movies (y que no contamos ninguno por no estropear la trama), y otros claros guiños a grandes películas del género como El resplandor. Hay incluso hueco a puntos cómicos con la aparición de los dos parapsicólogos jóvenes que, si bien deberían dar un respiro en la supuesta tensión -ya decreciente a medida que avanza- de la trama, acaban por quedar impostados. El reparto, que repite en la secuela, está bastante creíble destacando la actuación de ese trastornado padre interpretado por Patrick Wilson.
Eso sí, la manera de conectar las dos películas y dar explicación a por qué pasaban ciertas cosas en el pasado, nos ha parecido convincente y bien cohesionada, independientemente de lo ridículas en sí que luego puedan resultarnos. En este sentido, el guión de Leigh Whannell, colaborador habitual de James Wan, intenta no dejar cabos sueltos e ilustrar que todo es posible en el mundo de los seres demoníacos. Al final, el legado “terrorífico” de Wan se va a ver empañado por lo flojito que resulta este segundo capítulo de Insidious. No siempre se puede salir incólume de nuestro tan querido, como denostado, género de terror.