Inspiración - encuentra tu verdadera esencia.

Por Lorraine C. Ladish
Leí Tus zonas erróneas, de Wayne Dyer, cuando tenía 17 años. Entonces lidiaba con un trastorno alimenticio y hacía todo lo que estaba en mi mano para superarlo. El libro de Dyer me pareció un manual de sentido común que pocas personas de mi entorno (incluida yo misma) parecían poner en práctica.
Casi 30 años más tarde, sigo leyendo a Wayne Dyer, que ha escrito y publicado ya más de 30 libros, muchos de ellos títulos superventas y todos un reflejo de su propia evolución espiritual y, me atrevo a decir que también la mía. A la larga superé el trastorno alimentario y aprendí mucho de aquella experiencia, que me llevó a escribir y publicar mi primer libro, titulado Me siento gorda.
Ayer tarde, mientras salía a correr, escuchaba un audio-libro de Dyer titulado Inspiración, encuentra tu verdadera esencia, que he leído y escuchado muchas veces. Pero ayer precisamente, me impactaron algunas frases como nunca antes.
Una de ellas fue: “No hay nada que tenga tanta fuerza como una idea a la cual le ha llegado su hora”. Eso me llegó al alma, ya que ahora rezumo pasión por una idea que me llena de energía, emoción y fuerza.
Otro concepto que me pegó fuerte fue el siguiente: cuando nos dejamos llevar por el instinto y decidimos dedicarnos a lo que nos da satisfacción, aquello que nos emociona y nos hace vibrar, tenemos el deber de empeñarnos en sacarlo adelante porque es nuestro propósito de vida. Para tener éxito, debemos hacer lo que aumenta nuestra energía y nos centra, y dejar de lado las actividades, la compañía, las conversaciones e incluso el trabajo que nos deja por los suelos. A menudo aceptamos ciertas compañías, trabajos o encargos por miedo. Posiblemente temamos la soledad, no llegar a fin de mes, o no tener comida en la despensa, o nos preocupe lo que piensen los demás. El miedo es a menudo una emoción fabricada, basada en suposiciones. Nuestras emociones siempre seguirán el camino de nuestros pensamientos. Haz una lista de las cosas, personas y actividades en tu vida que te hacen sentir poderoso, feliz y fuerte. Haz otra lista de las personas, actividades y trabajos que te debilitan, te llenan de dudas e incluso te deprimen. Comprométete con la primera lista y a la larga, elimina la segunda de tu vida. ¿Sencillo? Mucho. ¿Fácil? No tanto. Pero, créeme, ¡merece la pena intentarlo!
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