Instagram, usado por el 71% de las marcas más grandes del mundo

Publicado el 05 diciembre 2013 por Ricardo Villanueva @rvilanuevarios

Hace unos días la publicación brasileña Globoesporte publicó una noticia en la que, según este medio online, varios futbolistas de la selección española se montaron una pequeña juerga en el hotel de concentración de Recife, justo después de su victoria ante Uruguay, en el primer partido correspondiente a la Copa Confederaciones de 2013. Según este medio, varios jugadores contrataron una banda de samba y que, tras varias copas y bailes, algunos subieron a varias bailarinas a sus respectivas habitaciones donde supuestamente hicieron una partida de strip-póker hasta altas horas de la madrugada. Este medio dice contar con los testimonios de los empleados del hotel, el mismo en el que varios jugadores sufrieron un robo la semana pasada. La federación española de fútbol (RFEF), por su parte, ha desmentido en un comunicado oficial esta noticia que sólo pretende “hacer daño al buen nombre de los jugadores de la Selección española”.

Romario. Vamos a jugar en el sol, todos los días son días de fiesta.

No es la primera vez que se relacionan conceptos como fiesta, juerga o desmadre con fútbol. La misma selección española se vio salpicada de un rumor parecido tras su derrota ante Argentina en Buenos Aires (año 2010, justo después de proclamarse campeona del mundo), con una supuesta juerga previa con un Del Bosque bailando encima de la mesa y todo. Está clara la intención de colar bulos como estos: provocar inestabilidad y dar una mala imagen de tus rivales. Pero no por ello vamos a dejar de lado el mundo de la fiesta y el fútbol, porque no tienen que ser incompatibles. Que se lo digan a grandes embajadores de la juerga como Romario, Ronaldinho, “Mágico” González y compañía.

Nadie se libra de la juerga

Hace apenas unos meses, por ejemplo, el diario británico “The Sun“, amarillo hasta la bilis, filtró una supuesta fiesta desmadre en Madrid de varios jugadores del Liverpool con motivo de la despedida-homenaje al gran Jamie Carragher. Alquilaron un avión privado, se dieron un baño de alcohol y comida y acabaron en un garito de moda (y cutre) de la capital madrileña. Si lo pensamos fríamente, aunque sean figuras públicas porque les vea mucha gente cada fin de semana jugando al fútbol, no dejan de ser personas con derecho a tener una vida privada como cualquier otra, y a no dar explicaciones de lo que hacen en su tiempo libre. Especialmente si no hacen de la juerga-padre su bandera, como en otras ocasiones ha manifestado el ex del Real Madrid, Guti, o el gran George Best, con su frase mítica “En 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida”. Aunque otros como Paul Gascoine este tipo de vida le ha impedido demostrar todo su potencial y que, una vez retirado de los campos de fútbol, sobrevive como puede entre clínicas de desintoxicación e intentos de suicidio.

E incluyen al menos un hashtag y son usadas por el  63 de las 65 marcas activas.

Una conclusión interesante : las mejores marcas de utilizar hashtags más moderación que otras marcas.

El resumen, Instagram con más de 150 millones de usuarios en todo el mundo, ha hecho que las marcas usen a Instagram para contar historias, para la introducción de nuevos productos  y poder conectarse con sus fans.

Fuente: www.simplymeasured.com/

Gascoine os invita a la fiesta

En el cine el número de ejemplos de juergas llevadas a la pantalla sobrepasa los límites de esta entrada, desde el inocente desmadre de la secuencia de la piscina de ‘Que bello es vivir’ o la película-fiesta continua como base principal de la trama: ‘El Guateque‘, del gran Blake Edwards, hasta las locas juergas universitarias y  de adolescentes sin padres en casa de los 80 (‘La mujer explosiva’, ‘Risky Business’, ‘Porky’s', ‘Dieciséis velas’, ‘House party’, etc.) y su revival en el siglo XXI (‘American Pie’ y sucedáneos, ‘Supersalidos’, ‘Niños grandes’ o la española ‘La Fiesta’, de Manuel Sanabria y Carlos Villaverde, precursora del cine hecho con cuatro duros, allá por el 2003), pasando por desvaríes entre treintañeros, que ya en los 80 ensalzó a Tom Hanks en ‘Despedida de soltero’ y en estos últimos años a los tres locos protagonistas de la trilogía de ‘Resacón…’.

La tropa de Desmadre a la americana al completo

Pero sin duda, la mejor, la más grande y divertida fue la gloriosa ‘Desmadre a la americana’ (National Lampoon’s Animal House, 1978), de John Landis. En ella, el director y sus productores (Ivan Reitman, Matty Simmons) juntaron a un numeroso grupo de jóvenes actores, algunos en el cénit de su popularidad, como John Belushi, para darle una vuelta más gamberra al estilo teenager que ya popularizó años atrás George Lucas con su ‘American graffitti’. Chicos alocados envueltos en sus aventuras de post adolescentes enfrentados a sus primeros encuentros con el mundo adulto, las chicas, las borracheras y mucho, mucho desmadre universitario. Todo ello con la simpatía de sus protagonistas, que siguen al dictado ese humor canalla y con estilo marcado por el guión Chris Miller y Harold Ramis.

Esto sí que eran juergas, amigos de Globoesporte. No me vengáis ahora a montar escándalos por falsas partidas de strip-poker. Sólo haré caso a escándalos protagonizados en fiestas de Toga.