El verano de 1976, Londres padece una ola de calor que se recuerda todavía hoy. Como cada mañana, Robert Riordan, recientemente jubilado, sale a comprar el periódico, sólo que esta vez no regresa. Asustada, su esposa Gretta llama a sus hijos, que acuden a la casa familiar para emprender la búsqueda de su padre. Sin embargo, la inusitada canícula provoca entre los Riordan extraños comportamientos, y varios secretos guardados celosamente durante años afloran a la superficie. El hijo mayor, Michael Francis, es un desencantado profesor de historia que trata de salvar su matrimonio. Monica, por su parte, sufre la animadversión de las hijas de su segundo marido. Y Aoife, la menor, es la hermana rebelde que abandonó los estudios y se instaló en Nueva York. Entre todos, buscan pistas para descubrir el paradero de Robert, pero ninguno sospecha que su madre sabe mucho más de lo que les ha contado. Instrucciones para una ola de calor es una novela sobre la familia, sobre lo que revelamos y lo que decidimos callar; sobre los compromisos, las concesiones, y lo que puede ocurrir si construimos nuestra vida sobre medias verdades. Escrito a ritmo de thriller, este magnífico drama doméstico mantendrá en vilo al lector hasta la última página.
“Instrucciones para una ola de calor” ha sido la primera lectura de este 2014 y me confieso encantada, la verdad.
Ya había leído de la misma autora “La extraña desaparición de Esme Lennox”
y había disfrutado mucho y aunque este libro no tiene nada que ver con el anterior, tengo que decir que he vuelto a caer en las redes literarias de la señora O’Farrell con esta novela, donde iremos descubriendo los pequeños “secretos” que guardan todos los miembros de una familia de origen irlandés gracias (o por desgracia) a la desaparición del cabeza de familia que coincide con una ola de calor que está padeciendo Londres en el verano del 1976.Una historia encantadora, bien escrita, con ligeros toques de humor, que nos habla de las distintas formas de entender y demostrar el amor, que deja al descubierto también las imperfecciones y rarezas que a veces tiene el ser humano, pero con las que al fin y al cabo nos toca vivir y que logra mantener el interés del lector hasta el final.
Si algo más tengo que añadir, es que me hubiera gustado seguir leyendo cuando llegué al final…