Estos días, releyendo las Novelas ejemplares, compruebo que en más de una de ellas, aparece mencionada la ciudad (en idénticosd términos elogiosos), a propósito de personajes que embarcan o desembarcan en sus playas para tomar o abandonar alguna de las galeras que van a Italia, Génova o Nápoles.
En Las dos doncellas hay incluso una escena amplia y bellísima y muy viva, que narra la exaltación ante la llegada de los forasteros y traza un animado cuadro de la vida local, además de alguna trifulca.
Leía esta descripción de la marina barcelonesa y de los astilleros que nos dejó Cervantes casi a la vez que El País (18 de mayo) anunciaba que un grupo inversor extranjero proyecta una isla artificial de lujo frente a Barcelona, en la que se prevee, cómo no, haya hoteles y viviendas, además de botigas (tiendas), imagino que también de lujo.
Un grupo inversor proyecta una isla artificial de lujo frente a Barcelona
El proyecto, naturalmente, se llama barcelonaisland. Y parece una pesadilla del mejor Fritz Lang, el de Metrópolis.
Más melancolía....
Mañana seremos Dubai.