Una ministra de Trabajo se encomienda a una virgen y un ministro de Interior agradece a Santa Teresa su intercesión por el país. ¿Dónde sucede esto? ¿En Irán? ¿En Israel? ¿En lo más profundo y rural de Estados Unidos? No. En la avanza y moderna España.La última ocurrencia de este Gobierno de retrógrados meapilas la ha tenido el ministro de Interior que ha concedido la Medalla de Oro al Mérito Policial a la Virgen María del Amor por su "dedicación", "sacrificio" y "desvelos" por España. No es la primera vez que una virgen se lleva un reconocimiento en la España de Rajoy. En 2012, la Virgen del Pilar recibió la Gran Cruz de la Guardia Civil.Resulta preocupante que la Iglesia intente interferir en las leyes de un país e impongan sus criterios y moral a los gobernados. Y en España, esa imposición está llegando a cotas increíbles. No estamos retrocediendo a la época de Franco, ni a los años treinta; con este Gobierno estamos retrocediendo a la Edad Media. Y algunos les votan encantados. Terrible España.
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