Por Sergio Peña Herrera
Los conceptos esenciales de la inteligencia en la era de la información son los siguientes, entre los cuales en el gobierno y en el sector privado deben adoptar y promulgar:
- Espionaje, tanto por gobiernos como por corporaciones, es menos efectivo por costos que la explotación de inteligencia de fuentes abiertas. Desafortunadamente, muchas comunidades de inteligencia son entrenadas, equipadas y organizadas para hacer secretos, y no están bien posicionadas para recolectar e integrar fuentes abiertas –información pública- dentro de sus procesos de análisis y producción. Esto necesita ser cambiado.
- El mejor blanco para la aplicación de métodos de inteligencia (requerimientos de análisis, administración de recolección, fusión analítica, previsión, visualización de información) no es una organización competidora ó un país, sino más bien el cliente ó las personas en grandes ambientes, ya sea políticos, culturales, etc.
- Apoyo a la decisión (inteligencia) es el último objetivo de todo proceso de información. Se debe distinguir cuidadosamente entre Datos, que es todo texto, señal ó imagen que no ha sido intervenida; Información, que es conjunto de datos revisados de interés genérico; e Inteligencia, que es información que ha sido adaptada para apoyar una específica decisión por una específica persona sobre una específica cuestión, en un específico tiempo y lugar. Muchos productos de información gubernamental y de los llamados “productos de inteligencia” son tan genéricos como para ser relativamente inútiles en dirigir acción. Únicamente cuando la información sirve como fundamento para inteligencia, puede su costo ser justificado.
- Información distribuida es mucho más valorable y aún menos costosa que la información centralizada. El arte de la gobernación de la información en el siglo 21 se enfocará en manejar centros distribuidores de excelencia más que crear repositorios centralizados de información.
- La recolección “justo a tiempo” de información y la producción de inteligencia es mucho menos costosa y mucho más útil para el consumidor de inteligencia que la colección y el archivamiento simplemente en caso de que se necesite.
- El valor de la información es una combinación de su contenido, el contexto dentro del cual está siendo usada, y el tiempo que se ocupa en obtenerla y explotarla. Esto significa que la información que ha sido empleada por una organización declina su valor en la medida que sale de contexto y pasa el tiempo en que ha sido obtenida. Esto significa a su vez que es una razón para que una organización se cambie, comparta o venda información (por ejemplo, una investigación de mercado) una vez que su valor más alto ha pasado. Esto es especialmente importante para una organización en la medida que se incrementa la adquisición de información que –en su propio contexto y tiempo- tiene gran valor que cuando permanece como información común y corriente legalmente disponible.
- El nuevo paradigma para la adquisición de información es el “paradigma diamante”, en donde el consumidor, analista, recolector y la fuente son todos capaces de comunicarse con cualquier otro de ellos. El viejo “paradigma lineal”, en que el consumidor iba hacia el analista, que iba hacia el recolector, que iba hacia la fuente, y volvía de vuelta la cadena, no es sólo muy lento, sino que también no funciona cuando se tiene un tópico de rápido desarrollo, con muchos matices, los cuales son difíciles de comunicar. Hoy, y a futuro, el más grande momento de administrar información va a ser cuando el consumidor pueda ponerse en contacto directo con la fuente exacta que pueda responderle la consulta directamente, a bajo costo, creando nuevo conocimiento adaptado a las necesidades del consumidor, en el momento exacto.
- El más importante recurso de la información es el empleado. Cada empleado es un recolector, productor y consumidor de información e inteligencia. A esto se le conoce como el modelo de la “colmena corporativa”, y es el fundamento para crear una “nación inteligente”. Si cada descripción personal no mantiene como tarea número uno “recolectar información útil para la organización” y si la organización no provee un sistema y un protocolo para compartir información entre sus empleados, entonces por definición la organización es “muda”.
- Conocimiento publicado es conocimiento antiguo. El arte de la inteligencia en el siglo 21 será menos concerniente con la integración de antiguo conocimiento, pero más concerniente con emplear conocimiento publicado como vía para llegar a la fuente ó las fuentes exactas que pueden crear nuevo conocimiento adaptado a una nueva situación en tiempo real.
- La amenaza (ó la respuesta) cambia, dependiendo del nivel del análisis. Hoy el problema más importante, tanto en inteligencia como en información, es la falla en establecer, para cada cuestión, el nivel deseado de análisis. Hay cuatro niveles de análisis: Estratégico, operacional, táctico y técnico. Estos se influencian a su vez por los tres mayores contextos de preguntas, los cuales son: Civil, militar y geográfico.
Texto seleccionado y traducido del libro “On Intelligence: Spies and secrecy un a Open World”, de Robert David Steele, por el periodista chileno Sergio Peña Herrera.
EMISOR DIGITAL ES INTELIGENCIA INFORMATIVA PARA EL DESARROLLO