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Hace ya casi dos décadas que Spielberg estrenaba A.I (Inteligencia Artificial), largometraje que inicialmente habría llevado a la gran pantalla Stanley Kubrick si no fuese porque murió dos años antes del estreno. La inteligencia artificial que nos planteaba, a base principalmente de cyborgs, se nos antoja muy diferente de la que se ha ido implementando poco a poco en nuestras vidas. El enfoque ha cambiado considerablemente, y sólo hay que ver Ready Player One para saberlo: somos nosotros los que realizamos una inmersión en otra realidad, más que integrar de manera física las inteligencias en nuestro día a día.
Pero seamos realistas, preguntar por el clima y que un smartphone nos conteste es relativamente sencillo de conseguir: algunas palabras claves que generan una búsqueda en internet, usando un algoritmo concreto y en parte limitado. Lo difícil es enseñar a pensar a las máquinas, y a aprender de sus errores (y también de los errores ajenos). En el terreno del juego hemos visto cómo este algoritmo se ha ido perfeccionando a base de exhaustivas investigaciones. Si hace tres décadas podíamos jugar al dominó contra la máquina en un Amstrad en blanco y negro, hoy por hoy existen inteligencias que son capaces de derrotar a los mejores jugadores profesionales de poker. Hablamos de Libratus, Cepheus o DeepStack. Sólo saben jugar al poker, pero lo hacen mejor que la mayoría de los humanos. Así, fácilmente cualquier app para jugar al poker Android nos podrá brindar en un futuro una experiencia tremendamente realista sin necesidad de disputar una partida con una persona de carne y hueso. ¿Buena o mala idea? Si se trata de apostar dinero y el oponente es una máquina, puede que estemos perdidos.
Hace ya algún tiempo publicábamos la noticia de que un ordenador había superado el Test de Turing: consiguió en un 33% de las ocasiones que un jurado no detectase que estaba hablando con una máquina. Cuatro años después, seguimos evolucionando, y podemos llegar a temer situaciones como las que se dejan entrever en la serie de ficción WestWorld, que acaba de estrenar su segunda temporada con una fuerte acogida, y que presenta ciborgs tan realistas que son casi imposibles de distinguir de los humanos. Y por supuesto, tremendamente inteligentes.
Si cada paso que damos en internet queda registrado por estas nuevas inteligencias artificiales llamadas algoritmos, en parte dejamos de tener el control sobre la repercusión de nuestras acciones, al menos aquellos con un conocimiento muy limitado de los entresijos de internet. En el momento presente, el acceso a internet es prácticamente universal y está al alcance de personas de cualquier edad y cultura, por lo que la responsabilidad en el uso es muy variable. Hay quien sabe protegerse y quien es el objetivo perfecto de cualquier empresa ávida de datos. Como siempre, el lucro es la motivación que se esconde tras de todos estos nuevos compañeros de fatiga, la cuestión es ¿quién domina a quién? Por lo pronto, parecen seguir estando a nuestro servicio, pero el mantenerse informados es de gran importancia para que así siga siendo.