En el Burguillos absolutista del siglo XXI, las municipales las gana el PP y las generales el PSOE. Ante esta curiosa situación caben distintas interpretaciones que no haremos hoy, porque la gravedad de lo acontecido en la mañana de ayer hacen que hagamos una reflexión sobre la libertad de expresión en Burguillos.
El PSOE de Burguillos celebra al menos la victoria en las generales, después del jarro de agua fría en las municipales donde pasaron de 7 a 4 concejales, las generales han supuesto un soplo de aire en las maltrechas velas del partido. Ante tanta alegría, el PSOE de Burguillos opta por lanzar unos panfletos buzón por buzón agradeciendo al pueblo la confianza depositada en las urnas.
En una de las calles de nuestro pueblo, en un barrio combativo como es el de la Ermita, cuna de buenos dirigentes comunistas y de izquierdas de nuestro pueblo, un joven repartía los panfletos de la victoria del PSOE. Según cuentan, el encargado de obras del ayuntamiento, cual gendarme llama la atención del chaval para decirle que deje de repartir. Se niega a dejar de seguir buzoneando y seguidamente el encargao de obras le pone al teléfono del alcalde quién nuevamente insta al joven a dejar de repartir.
El chaval, llama al responsable del PSOE de Burguillos quién le informa de que puede seguir repartiendo casa por casa sin ningún tipo de problemas. Pero si esto ya nos parece una verguenza, todavía se torna más vergonzoso cuando se presenta la policía y le advierte que si encuentran un papel tirado en la calle lo multarán…
¿En que país vivimos, que pasa con la libertad de expresión, de que va todo esto?
Esto nos recuerda, a aquellos tiempos oscuros de Burguillos donde los luchadores de nuestro pueblo tenían que salir de noche con sus latas de pintura y hacer su propaganda en los muros encalados de la avenida de la Ermita, como aquella famosa frase en vísperas de la huelga del campo que se leía “HUELGA GENERAL”…En los días posteriores a las pintadas se efectuaban registros, vigilancia por el barrio e incluso se preguntaba a la gente si habían visto a quién pintaba las paredes, obviamente nunca consiguieron nada o casi nada, de esto ya hablaremos.
Igualmente, se hacían reuniones en distintas casas del barrio de la Ermita de forma clandestina para seguir organizando el partido y seguir reivindicando derechos. Alguna vez, después de un chivatazo la guardia civil se personaba en la vivienda y en menos de dos minutos todos salían por la parte del patio y entre los tejados. Las reuniones se hacían siempre pensando en la escapada, nunca lograron detener a nadie…
Estas situaciones que parecen sacadas de una película fueron reales como la vida misma. Hoy y si la información que me llega es cierta, habremos retrocedido en el tiempo varias décadas, hoy nos vuelven a recordar aquellos oscuros tiempos donde el movimiento nacional de Burguillos lo quería controlar todo, donde falangistas y grises paseaban en busca de los ROJOS…