Finalmente, el Ministerio del Interior ha decidido condecorar a los mandos de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que ordenaron las violentas cargas de los antidisturbios contra los participantes en las protestas de las Marchas de la Dignidad del 22-M en Madrid. Pese a algunas sanciones impuesta a los máximos responsables de los antidisturbios y de los agentes encargados de investigar los extremismos, algunos de ellos serán condecorados con la Medalla Roja al Mérito Policial, lo que supone un 10% más de sueldo de por vida. Entre los condecorados están el comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona, y su subordinado y jefe de todas las Unidades de Intervención Policial (UIP), José Miguel Ruiz Iguzquiza. Los propios antidisturbios pidieron la destitución de ambos por el caos vivido en el centro de Madrid al término de las Marchas de la Dignidad el 22 de marzo pasado. Pero ellos serán recompensados con dicha medalla. ¿Hay alguien que entienda este contrasentido?
Veamos algunos ejemplos de lo dicho. El comisario Germán Castiñeira, policía con mayor influencia en las decisiones que el Gobierno toma sobre los grupos denominados por Interior como 'antisistema', también recibe la Medalla Roja. Castiñeira ya fue condecorado en 2013, después de que la Audiencia Nacional dictara un contundente auto criticando la actuación policial en la protesta Rodea el Congreso. La Policía intentó defender hasta el final que los detenidos pretendían asaltar la Cámara Baja y llevaron ante el juez Santiago Pedraz a ocho supuestos organizadores que quedaron libres y sin cargos. Este oscuro comisario es también el responsable de los policías que detuvieron a Alfonso Fernández, Alfon, al que ahora juzga la Audiencia de Madrid por tenencia de explosivos durante la huelga general del 14N. Alfon asegura no haber visto jamás el explosivo y denuncia un "montaje policial".
Sólo uno de los mandos con responsabilidad durante aquella violenta jornada ha quedado fuera del premio. Se trata de Francisco Javier Virseda, el jefe de las UIP de Madrid, sacrificado por el Ministerio del Interior ante la contundencia de las protestas sindicales y de los antidisturbio, mandándolos un destino privilegiado, la Agregaduría de Interior en la Embajada de España en Chile. Se trata de un puesto remunerado con más de 10.000 euros anuales. El resto desfilará el próximo lunes –festividad de los Ángeles Custodios– ante la cúpula de Interior, que colocará en su pechera ‘la Roja’, como se conoce en el Cuerpo a la condecoración. Además del jefe de los antidisturbios a nivel estatal, también recibirá la condecoración su número dos, el inspector jefe Francisco González Pescador. La Dirección General de la Policía ha decidido igualmente condecorar al jefe superior de Madrid, Alfonso Fernández, y al responsable de Seguridad Ciudadana de la capital, Andrés Garrido.
El director adjunto operativo, Eugenio Pino, número dos de Ignacio Cosidó, ex Jefe de los antidisturbios en el Gobierno de José María Aznar, es el policía con mayor responsabilidad en el Cuerpo desde que el PP regresó a Moncloa. Entre sus colaboradores que también recibirán la Roja está Francisco Javier Vidal, el inspector al que Interior encomendó la redacción final de la Ley de Seguridad Ciudadana que el Ministerio del Interior presentó antes de llevar el texto al Congreso y que fue corregida por indicación de Moncloa. Vidal, como Pino, ha realizado la mayor parte de su carrera en los antidisturbios. El texto de la ley, aún en tramitación parlamentaria, ha sido fuertemente contestado por la oposición política y por los movimientos sociales, que no dudan en calificarla de Ley Mordaza. Las condecoraciones llevan la firma del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien, el pasado invierno, condecoró a la Virgen de Málaga con la concesión de Oro al Mérito Policial, asunto que ha acabado en los tribunales. Esa medalla no conllevaba asignación económica, a diferencia de las 'rojas'.
La concesión de estas medallas ha reactivado un enorme malestaren el seno de la Policía. Entre agentes de las UIP circularon mensajes en los que se criticaba la decisión de Interior y se hablaba de “humillación”, “desprecio” y “vergüenza”, recordando que ninguno de los agentes del grupo 'Puma 70', los antidisturbios que se llevaron la peor parte en los incidentes violentos del 22-M, ha recibido una medalla pese a que varios de ellos resultaron heridos de gravedad. Fuentes sindicales recalcan que algunos de los condecorados no “cumple los requisitos necesarios que marca la ley”. Curiosamente, y pese a la crisis y a los recortes, las medallas con distintivo rojo de este año y, por tanto, pensionadas, han registrado un importante aumento respecto a anteriores ejercicios. En 2012, fueron 98. Al año siguiente, subieron hasta las 141, un 43% más. Este año, 176, lo que supone casi el doble que hace dos ejercicios y un 24% más que hace sólo doce meses.