Día 3: Interlaken y alrededores del lago Thunersee.
2ª parte Qué ver en Interlaken, Oberhofen, Thun y Spiez.
Como ya empezábamos a tener hambre, nos fuimos a la parada de autobús, que estaba junto al hotel para irnos al centro a comer en
alguno de los restaurantes que nos había recomendado la chica de la recepción. Reconozco que fueron los de los 20 minutos de espera más calurosos que he pasado nunca. No imaginaba que iba a pasar tanto calor en Suiza. Cuando por fin llegamos al centro, recorrimos la calle central buscando los restaurantes, al final nos decantamos por el Grand Café (el otro estaba cerrado). A pesar de que eran las cuatro de la tarde nos comimos una espectacular foundue con sus patatitas hervidas y su pan tostado a taquitos. Muy rico todo. En total fueron 26 CHF por persona.
Oberhofen
Pudimos aparcar en la calle sin necesidad de echarle monedas al parquímetro (unos lugareños nos dijeron que estaban rotos...). Bajamos hasta un embarcadero que está junto al restaurante Schloss en la calle Schloss para ver el Oberhofen castle, un romántico castillo del s. XIII (aunque con ampliaciones y reformas en siglos posteriores) a orillas del lago Thun. No pudimos entrar, puesto que ya estaba cerrado pero nos conformamos viendo las preciosas vistas de postal que teníamos desde el embarcadero. Una auténtica delicia. Después hacer disfrutar de la tranquilidad y de la belleza de este lugar volvimos al coche y pusimos rumbo, esta vez, hacia Thun.Thun, ciudad fortificada.
Si en Oberhofen nos encontramos con un pueblecito tranquilo, en Thun experimentamos todo lo contrario. Sí es cierto que, nada más llegar encontramos a poca gente por las calles, pero poco a poco la cosa se fue animando. Aparcamos a las afueras, en un parking con parquímetro y fuimos andando en dirección al castillo (íbamos orientándonos con la torre de la iglesia). Una vez en la calle pricipal, Hauptgasse, tomamos un pasadizo con unas escaleras de madera que nos llevaron hasta el castillo, que estaba en la parte alta del pueblo.El castillo fue construido a finales del s.XII y posteriormente ampliado y reformado en le s. XV. Actualmente alberga un Museo Histórico que contiene desde armas a cerámica, pasando por diversos artilugios de la antigüedad. Nosotras, no pudimos entrar, ya que, como en el anterior castillo, este también estaba cerrado. Pero al menos pudimos entrar y pasear por la parte baja y contemplar las bonitas vistas del pueblo.
Spiez
Desde allí paseamos hasta el embarcadero donde la gente apuraba las últimas horas de la tarde dándose un refrescante chapuzón.
Estuvimos dudando si cenar en este pueblo o volver a Interlaken. Al final decidimos volver al hotel y picar algo allí. El día había sido muy largo y ya estábamos algo cansadas.
Cuando llegamos al hotel Tell nos pedimos un enorme cubo de patatas fritas. Sí, ya se que no era la cena más sana del mundo, sobre todo después de haber comido patatas hervidas en la fondue del medio día... pero estaban deliciosas y las disfrutamos como si no hubiera un mañana.