Interludio escénico

Por 1maternidad_diferente

Ayer fue uno de esos días "para olvidar". Tenemos virus febril-moqueril pululando por casa. Yo llevo unos días con la cabeza bastante abotargada y dolor de cuerpo en general, la enana ha estado el fin de semana con fiebre y el mayor parece que se va recuperando bastante bien.
La cuestión es que Darío tuvo el día "toledano", de rabieta continua de esas de "¡¡¡¡¡¡Quiero desayunar!!!!!!" a grito pelado por toda la casa.
- ¡¡¡¡Quiero desayunaaaaaaaaaaaar!!!!
- ¿Quieres leche con colacao?
- ¡¡¡¡Noooooooooooooooo!!!!
- ¿Quieres un zumo?
- ¡¡¡¡Noooooooooooooooo!!!!
- ¿Quieres un batido de chocolate?
- ¡¡¡¡Noooooooooooooooo!!!!
-¿Quieres galletas?
- ¡¡¡¡Noooooooooooooooo!!!!
- ¿Quieres un sándwich?
- ¡¡¡¡Noooooooooooooooo!!!!
- Entonces, ¿qué quieres?
- ¡¡¡¡Quiero desayunaaaaaaaaaaaar!!!!
Y así "ad infinitum". Todo ello regado con unos gritos de esos que piensas que la garganta le va a estallar en un momento dado si no lo hacen antes tus oídos.
Con este panorama de fondo conseguimos vestirnos para ir al teatro y meter a Darío en el coche (todavía sin desayunar) para ir al Teatro Tyl Tyl en Navalcarnero, ya que nos habían tocado unas entradas para la representación del domingo en el sorteo que realizó la semana pasada Belén, del blog Mamá sin complejos.
Intermedio
Milagrosamente, y de ahí el título del post, tuvimos un pequeño descanso en la rabieta continuada que nos permitió disfrutar a los cuatro tremendamente de la representación en el teatro. Cuando llegamos había un "taller sensorial" en el que los actores tocaban música e invitaban a los niños a tocar y participar. Diana estaba un poco "grogui" y a Darío le costó entrar en el ambiente, pero al final comenzó a participar y disfrutar.
Salimos un rato mientras preparaban la sala y volvimos a entrar. Nos sentamos y ¡¡¡magia!!! Diana se paso todo el rato de la obra ("Ulular") sin quitar ojo del escenario y Darío no solo permanecía atento sino que le gustaba, comentaba, sonreía y disfrutaba. Hubo de todo: música, canciones, juegos, pelotas, animales e, incluso, ¡¡¡pan!!!
El teatro estaba lleno de niños y, en cuanto empezó la obra, enseguida se hizo el silencio y apenas se oyó un llanto o un gritito en toda la obra. Yo era un poco escéptica en cuanto a este tipo de montajes para niños tan pequeños, pero la verdad es que me impresionó bastante y positivamente.
Volver a empezar
Lo peor de todo, es que en cuanto salimos empezó la rabieta de Darío de nuevo y ahí se mantuvo, con sus altibajos, hasta que finalmentes se durmió a eso de las ocho de la tarde... Normal. Ha dormido más de 12 horas del tirón y se ha despertado más o menos contentos hasta que hemos empezado con las rutinas de vestirnos y preparar las cosas para ir al cole. Se ha pasado el rato diciendo que no quería ir al cole y que quería quedarse en casa. Y es que la semana pasada estuvo dos días malitos y no fue al cole, con lo que estuvo en casa con Diana y con Loli que viene a cuidarla...
Ahí empiezo a intuir que todo el tema de la rabieta de ayer puede deberse a esto también. ¿Se siente dejado de lado por tener que ir al cole mientras su hermana se queda en casa? ¿Son las rabietas de los dos años que nos llegan con retraso? ¿Se junta la enfermedad compartida en familia con la falta de sueño y de paciencia para formar un caldo de cultivo de negatividad ambiental?