Internet y las redes sociales formas parte del espectáculo capitalista donde la imagen del usuario se mide por el número de seguidores y me gustas. La permanente competitividad por la popularidad en Internet es un indicativo de una sociedad de masas en la que el individuo renuncia a su originalidad innata y se tiene que vender como una mercancía más para poder ser reconocida. La imagen del individuo transformada en mercancía para la audiencia y el mercado. La revolución transformada en espectáculo y asimilada por el sistema de dominación. Ya no quedan individuos donde sólo hay imágenes abstractas.
Con Internet el espectáculo se ha democratizado. Ahora quien disponga de Internet puede ser famoso. Sólo se trata de venderte como un producto o una marca para la audiencia. Si gustas (me gusta en facebook) empezarás a ser famoso y podrás competir con otras marcas o imágenes reconocidas para aumentar tu popularidad. En el fondo lo que manda en la sociedad de consumo es el mercado y el Poder. La fama te proporcionará influencia. Influencia para convencer (influencer) e influencias, con lo que tendrás más Poder si alcanzas los objetivos que determina el mercado. El poder alimenta al Poder.