Así encontró a alguien que sumó moneditas, llamó a su hora de radio y le contó cómo estaban alfabetizándose en una comunidad con el método cubano “Yo sí Puedo” en Argentina. Norberto explica que le invitó al Programa y él con el resto de la audiencia recibieron una conferencia magistral de un líder comunitario sobre cómo un hombre puede recobrar la dignidad cuando se le abre el mundo de la lectura y escritura.
Sus presentaciones de libros desde su “Club de la Pluma”, hoy también una red en Internet, nació para promover cultura, muchas veces con su compañera que implican a jóvenes con escasos recursos económicos y ganas de hacer, listos para recibir semillas de valores que son las que dan las personas totales.
Estudia y aprende haciendo, se supera a sí mismo cada día, ávido de hacerlo todo perfecto con envidiable disciplina profesional. De ahí que la red “El Club de la Pluma” de hace dos años se haya ensanchado como proyecto y varias redes revolucionarias la circunden. Como debe ser entre quienes construyen.
Se superó mucho a sí mismo en los últimos tiempos, dice con humildad, cuando desde sus propias ideas buscó el camino de marchar por el cambio del mundo de injusticias en las que nos debatimos. Así vive los días de su vida, elevándose a la estatura de su pueblo, pero él no lo sabe, solo siente que anda de la mano con muchos, solo eso. Disfruta del compañerismo como algo sagrado.
Entrevistó a Facundo Cabral durante cuatro horas por estar en el lugar indicado, pero tampoco parece saber lo que dijera el cantor asesinado, que” nuestros errores son lecciones”, porque afirma que “siempre ha sentido que su vida ha sido un constante yerro naciendo y viviendo en lugares equivocados” o que “habría querido estar junto a Fidel, el Che… en Cuba, Bolivia o Venezuela” cuando la contribución suprema está en el modo en que la hacemos, con brújula bien puesta.
En la charla con Norberto Gamci surgieron otros temas que se pueden retomar. Pero, dio generosamente al Punto Cultural “La Integración” en Porto Alegre y a varios compañeros una versión de la canción de Carlos Puebla “Y en eso llegó Fidel” en un encuentro con Daniel Viglietti y Pablo Neruda. Como para quedar en una pieza cuando apareció en link en nuestros correos.
“Me la obsequió Gustavo Quiroga, un técnico de Radio Córdova” me respondió cuando pregunté la fuente para afirmar la veracidad. “Creo que es auténtica porque no tendría motivos para falsear una cosa como esa”. Así es Norberto, recibe y da perlas, al parecer también sin saberlo, lo cual lo engrandece en acción y ternura.
La interpretación debe escucharse con detenimiento para compararla con otras. ¿Estaban juntos esos grandes Pablo Neruda, Daniel Viglietti y Carlos Puebla cantándole a Fidel? ¿Por qué desecharlo si fue muy probable?
Fidel festeja otro aniversario: es un regalo “Y en eso llegó Fidel” en una versión casi desconocida. Vaya para el Comandante de un sincero hombre de la Argentina, “un corazón vecino” parafraseando a José Martí, cuando los revolucionarios rebosan felicidad y asombro por el que está para contarnos el futuro. [Foto Jucemara Beltrame]
“Y en eso llegó Fidel”
Aquí pensaban seguir
ganando el ciento por ciento
con casas de apartamentos
y echar al pueblo a sufrir
Y seguir de modo cruel
contra el pueblo conspirando
para seguirlo explotando...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
tragando y tragando tierra
sin sospechar que en la Sierra
se alumbraba el porvenir
Y seguir de modo cruel
la costumbre del delito
hacer de Cuba un garito...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
diciendo que los ratreros,
forajidos bandoleros
asolaban al país
Y seguir de modo cruel
con la infamia por escudo
difamando a los barbudos...
y en eso legó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
jugando a la democracia
y el pueblo que en su desgracia
se acabara de morir
Y seguir de modo cruel
sin cuidarse ni la forma
con el robo como norma...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar