¿INTERVENCIONISMO COACTIVO DEL ESTADO COMO SOLUCIÓN A TODOS LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS O LIBERACIÓN DE TODO INTERVENCIONISMO ESTATAL PARA POTENCIAR LA PRIVATIZACIÓN, EL MERCADO LIBRE Y LA LIBRE EMPRESA? Primera Parte. Por Tony B (facilitador de actitudes)

Publicado el 16 octubre 2015 por Tony Barrachina
20 de febrero de 2015
Durante los últimos cuatro meses (desde septiembre del pasado 2014) he decidido estar totalmente desconectado del apasionante mundo de las finanzas, debido a la necesidad de implicarme a tiempo completo con el proyecto Actitud Consciente; pues el fundador y CEO, Pedro A. Barrachina, publicaba el libro angular que fundamenta toda la siguiente fase de trabajo en el desarrollo público externo del proyecto, titulado Actitud Consciente es un camino para todo y decidí ayudar a preparar la presentación que tuvo lugar en Madrid el pasado 19 de diciembre de 2014.
A lo largo de estos meses, y gracias a las investigaciones aportadas por el mismo Pedro A. Barrachina, conocí y seguí el desarrollo de la poderosa fuerza movilizadora alcanzada en la escena política española, del partido Podemos, tras su arrasadora irrupción en el escenario público, a partir del 17 de enero de 2014, cuando fue presentado por primera vez en el madrileño barrio de Lavapiés. El partido político que ha conseguido ilusionar de nuevo a la ciudadanía ibérica, había sido fundado cinco días antes, durante el fin de semana del 12 al 13 de enero, mediante la presentación del manifiesto Mover ficha: convertir la indignación en cambio político firmado por treinta intelectuales de todos los ámbitos (periodismo, cultura, y activismo tanto social como político). Este manifiesto se divulgó desde la publicación digital Público, y el partido Izquierda Anticapitalista, que es la base política previa desde la cual se ha fundado y ha empezado en sus primeros pasos Podemos.
En este punto nos encontramos con la misma situación individual y colectiva que preside las sociedades modernas y postmodernas, desde el inicio del turbulento siglo XX hasta hoy, enfocando la situación, en este caso concreto, sobre el tema de las finanzas, que es lo que nos incumbe: ¿Dónde se encuentra la solución a nuestros problemas económicos? Esta es la pregunta fundamental que debemos formularnos cada cual, pues nos guste o nos disguste, seguimos viviendo en una sociedad basada en la economía representada por un sistema monetario, y desde principios del siglo XX hasta hoy, estamos asistiendo a una serie de cambios muy radicales en nuestras viejas concepciones establecidas.
El proyecto Actitud Consciente ha identificado esa pauta principal que rige nuestra existencia como seres humanos en este plano de existencia conocida: la dualidad. La dualidad es la posibilidad de existir arreglo a las condiciones aquí presentes. La dualidad siempre implica la aparición de las contradicciones como fundamento de toda manifestación existencial. Si hay un aspecto es porque existe su contrario. Esa existencia contrapuesta es complementaria, pero esa complementariedad se nos escapa siempre. Así es como caemos en el mayor de nuestros errores: dualizarnos. Dualizarse es radicalizarse, y radicalizarse implica elegir un aspecto en detrimento del otro. Al caer en este craso error, todas las decisiones que tomamos son erráticas y nos conducen al fracaso en todo proyecto que emprendamos. Aunque parece evidente, si observamos un poco nuestro alrededor, que todo lo que existe está condicionado por la dualidad, en la práctica de nuestra vida cotidiana parecemos obviar esa condición básica. Obviar esa condición básica provoca que no captemos el movimiento equilibrante de integración, que abarca todo lo contradictorio, y que continuamente se produce en la propia dualidad manifestada en todos los aspectos de la vida. De esta manera, terminamos siempre cayendo en el error de identificarnos con una ideología aferrada a un espectro único de toda dualidad, y en el caso de la economía, la tendencia a radicalizarse en esa identificación, debido a las posiciones e implicaciones polémicas incluidas, es mucho más intensa.
La mayor polémica de la economía reside en su asociación inevitable, hasta hoy, con la política. Durante mucho tiempo creí que la economía era un error en la concepción del ser humano, y puede que así sea, pero a día de hoy, no lo tengo tan claro. Lo que sí me queda cada vez más claro, es el hecho político existiendo como una invención primitiva y obsoleta, al representar la fase principal de nuestra inmadurez existencial como especie irresponsable, que todavía no está del todo preparada para tomar su auto-responsabilidad individual madura, y por lo tanto necesita delegar y sucumbir ante un comportamiento infantil. Cuanto más estudio y profundizo en el hecho político, más evidencio ese comportamiento infantil mediante la necesidad de perpetuar toda la concepción, arquitectura e infraestructura social que hemos construido, basándonos en la delegación política estatalizada de nuestra responsabilidad existencial como individuos. Entonces es cuando entramos en todas las polémicas ideológicas duales que tenemos pendiente de resolución y que debemos afrontar cuanto antes: la creación, el diseño, y la perpetuación sostenida de un estado gobernado por políticos, que se encargan de intervenir en las instituciones y la gestión de la economía, tomando las decisiones de la mayoría, en base a la irresponsable idea paternalista del “bien común”, y en detrimento de la responsabilidad individual que cada cual debe tomar por su propia experiencia vital. Esta es una opción del espectro dual de nuestra existencia humana, en el que nos encontramos todavía inmersos como especie. Pero no es la única opción, aunque sí la más popular e implantada a nivel mundial.
En nuestro mundo conocido, existen en la actualidad, y desde el siglo XX implantados, dos sistemas económicos duales que rigen el desarrollo de cualquier sociedad: el capitalismo y el socialismo. El capitalismo es un sistema económico en el cual los medios de producción son de propiedad privada y tanto la producción como la distribución, los ingresos, las inversiones, y los precios, son fijados por el funcionamiento del libre mercado. El socialismo es un sistema económico en el cual los medios de producción son de propiedad pública estatal y tanto la producción como la distribución, los ingresos, las inversiones, y los precios, son fijados por el funcionamiento de un gobierno interventor (economía planificada). Entender esta dualidad básica de la economía, es entender todo lo que nos pasa cuando salimos de nuestras relaciones internas con nuestra propia película, y empezamos a establecer relaciones externas con el resto de películas que interpretan los demás.
A pesar de todas las visiones, teorías y especulaciones económicas sobre el modelo capitalista, en realidad ese modelo todavía no se ha podido aplicar de verdad. El capitalismo, como modelo económico, en realidad es el gran desconocido, pues se encuentra en camino por llegar y de momento, sólo hemos aplicado visiones, teorías y especulaciones aún primitivas y derivadas de la filosofía, en su versión política, pero nunca económica. En realidad, la economía jamás ha existido. Lo único que ha existido, existe y persiste, es la política. La política es, como indica su término griego original, el ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano. Aunque estaría mejor dicho que es el intento de ese ordenamiento. Toda la política consiste en una de tantas forma de organizarnos y resolver los conflictos surgidos del espacio social, que deriva de la convivencia entre nuestros semejantes. Pero nunca olvidemos que no es la única, aunque hasta el momento, siempre se haya impuesto de una manera o de otra, al menos, desde la historia conocida de todas las civilizaciones.