16 de octubre de 2015
En ese “querer reflexionar, estudiar y tanto preguntarme como preguntar” anteriormente expuesto me quedé cuando abandoné de forma temporal las finanzas a finales del pasado año 2014 e intenté retomarlas a principios de este 2015. Pero me detuve ahí porque durante los siguientes ocho meses realicé una serie de conexiones entre la Historia, la Filosofía Política y la Economía, que me absorbieron en una serie de investigaciones motivadas por todos los cambios que experimentó el proyecto Actitud Consciente, a partir del 19 de diciembre de 2014, en relación con la publicación del libro Actitud Consciente es un camino para todo; pues a partir de ese momento se produjeron una serie de descubrimientos sobre la finalización recapituladora de la biología evolutiva y el inicio de la tecnología evolutiva como la probable siguiente fase evolutiva que experimentemos. Todo el equipo que formaba el proyecto en ese momento, incluyéndome yo como facilitador de actitudes, decidió continuar realizando sus investigaciones y desarrollando sus trabajos especializados en las áreas correspondientes (por ejemplo, la facilitación de grupos, en el caso de Manel García), mientras la transformación del proyecto le conducía a distinguir entre Actitud Consciente 1.0 (en referencia a la biología evolutiva) y Actitud Consciente 2.0 (en relación a la tecnología evolutiva). Ahora ya no había proyecto Actitud Consciente porque este había pasado a formar parte de la versión 1.0 como versión obsoleta y era necesario investigar la versión 2.0 como versión emergente, a través de una inmersión cognitiva en la Biotecnología, la Nanotecnología y la Robótica. A ello se dedicó Pedro A. Barrachina investigando la Singularidad Tecnológica como acontecimiento venidero muy probablemente a lo largo de la segunda mitad de este siglo XXI, cuando el desarrollo de la tecnología dirigida por seres humanos sea capaz de crear una IA (Inteligencia Artificial) fuerte y a partir de ese momento se produzca un crecimiento exponencial antes desconocido de la tecnología, para dar comienzo a una evolución tecnológica.
Personalmente todo esto me pareció conmovedor y apasionante, pero demasiado visionario y adelantado para mí como facilitador de actitudes. Por ese motivo y porque no entiendo demasiado bien la tecnología, decidí dedicarme a profundizar en mis investigaciones históricas sobre nuestra inteligencia neurológica neo-cortical de origen biológico. Entonces empezó a perfilarse la estrecha asociación entre Historia, Filosofía Política y Economía como hilo conductor del pensamiento occidental y de las últimas fases dialécticas de la biología evolutiva alcanzando la cumbre en el diseño de una especie creadora de tecnología. En ese momento este artículo sobre el “intervencionismo coactivo del Estado para solucionar todos los problemas económicos o la liberación de todo intervencionismo estatal para potenciar la privatización, el mercado libre y la libre empresa” tomó un nuevo cariz de mayor importancia todavía; especialmente en esta época de crisis que se extiende y seguirá extendiéndose porque una vieja forma de pensar, de sentir y de actuar está muriendo desde el final inmediato del siglo XX y el inicio de este siglo XXI, con el nacimiento e implantación acelerada de las tecnologías emergentes, Internet y los dispositivos tecnológicos evolutivos de comunicación.
Las corrientes de opinión están encontradas y hoy más que siempre existe un debate internacional entre el neoliberalismo capitalista estadounidense y europeo; los populismos socialistas latinoamericanos asociados a los viejos regímenes comunistas; y todo el movimiento de resistencia global muy cercano a la amplia variedad del pensamiento izquierdista muy crítico con el modelo neoliberal como origen prejuicioso de todos los males.
Según mi perspectiva, creo que hoy hemos alcanzado un evidente grado de libertad individual emancipada. Ese grado es únicamente un grado, no la totalidad, pues totalidades sólo llevan a totalitarismos. Al ser un simple grado, existe la posibilidad gradual. Y la posibilidad gradual nos permite continuar creando clases medias siempre y cuando sigamos creando riqueza y condiciones donde prevalezca y sea favorecida la creación de riqueza. No tengo la más mínima idea (y creo que nadie la tiene) sobre el monopolio de la verdad en relación al tema de si es mejor una economía de mercado libre o una economía planificada. Lo que sí parece estar claro para mí es que el grado de libertad individual emancipada que hoy podemos disfrutar los seres humanos que podemos disfrutarlo, proviene de luchas sociales históricas donde tanto ha hecho el liberalismo como el socialismo. Me parece una gran equivocación prejuiciada atribuirle la totalidad de los cambios emancipatorios y liberadores a una única corriente de pensamiento, para acusar a la otra de todos los males. Es el mismo error tanto si se plantea desde la perspectiva que defiende el liberalismo, como si se plantea desde la perspectiva que defiende el socialismo (incluyendo también el comunitarismo y el anarquismo).