Las células no son entidades aisladas, ellas interactúan con su ambiente, los recursos que necesitan para subsistir y con otras células del mismo tipo.
Por lo general al nivel microbiológico tiende a verse a los individuos unicelulares como entidades aisladas y egoístas. Sin embargo el egoísmo que importa es el que ocurre a nivel genético y no al nivel del individuo.
Lo que en realidad importa es la población, no los individuos, aunque sea a través de los individuos que la población sobrevive. La generación de controles genéticos que aseguran la sobrevivencia de la población a costa de la sobrevivencia de algunos individuos puede ser y serán exitosos en muchos casos.
La asociación de muchos individuos en base a sistema genéticos de control común es una estrategia que ha evolucionado varias veces de manera independiente en todas las ramas del árbol de la vida.
Aun las bacterias que son descrutas clásicamente como individuos egositas en competencia absoluta pueden organizarse en grupos de células con especialización funcional, aunque a un nivel limitado.
Las células eucariotas son las que poseen el mayor potencial para la especialización debido a que su anatomía y fisiología son mucho más flexibles que el de las bacterias y archaeabacterias.