Introspección táctica: Gerardo Martino

Publicado el 28 marzo 2012 por Marianofusco

Si ya incursionamos con Jorge Sampaoli como un bielsista conocido, Gerardo Martino es por cercanía al Loco, quien más se le parece. Si desde este espacio esperan el momento de Bielsa, creo que nunca llegará, sería muy difícil de abarcar.

La pasión del Tata por Newell´s nació desde pequeño. Rosarino, hincha, no era de ir a la cancha hasta cruzar del otro lado del alambrado y convertirse en una de las figuras leprosas. Es aun el jugador que más veces vistió esa camiseta (509 partidos) desde 1980 hasta 1990 y luego en dos breves lapsos. Además, una platea del Coloso del Parque lleva su nombre.

Futbolísticamente leproso

Volante talentoso, dejado físicamente, no se caracterizó por su capacidad goleadora (35 goles) pero obtuvo cuatro títulos. Jorge Solari y Marcelo Bielsa, conductores de diferentes títulos, son quienes más lo han marcado en su trayectoria. De club chico y desconocido, ese Newell´s pasó a “jugar bien y con garra” como él mismo reconoce y como enamoró a muchos espectadores imparciales.

En el 91 se fue a Tenerife y a pesar de bajar considerablemente su nivel, River lo intentó repatriar. Sin embargo, los colores pesaron más y volvió a Newell´s para definir el Torneo Integración vs. Boca. Sumó un nuevo título en el 92 y en el 94 se fue a Lanús a jugar sus últimas fichas. Su pelea con Eduardo López, presidente autoritario de los últimos tiempos, recién había comenzado. Tras una breve tercera etapa rojinegra se fue al O`Higgins chileno y se retiró en Barcelona de Ecuador.

Como entrenador

En 1998 debutó en Brown de Arrecifes, club de la ciudad, que en ese entonces militaba en la B Nacional. Como ayudantes llamó a sus ex compañeros Jorge Pautasso y Jorge Theiler quienes lo acompañaron en experiencias posteriores. Un año después Platense fue su destino y como Marcelo Bielsa, tuvo su paso fugaz en Instituto, aunque a diferencia de su padre futbolístico, él lo hizo como entrenador.

Su paso por Paraguay

En 2002, Libertad significó un paso arriesgado pero de gran valor para su carrera. Salió campeón de tres de sus primeros cuatro certámenes locales. Cerro Porteño, club con aspiraciones mayores y disputando la Copa Libertadores posó los ojos en él y salió primero de los únicos dos torneos que dirigió. En 2005, se tomó un breve descanso con su familia y recaló en Colón, su gran frustración, ya que sólo duró 21 partidos y se fue por malos resultados.

Libertad, necesitado de un entrenador lo volvió a buscar al Tata y en 2006 además de ser bicampeón, llegó a las semifinales de la Libertadores, posición histórica. En total, de 112 partidos cosechó el 68% de los puntos en torneos locales y el 55% en torneos internacionales.

Dichos números, sumados a la salida de Aníbal Ruiz, lo catapultaron a la dirección técnica de la selección. En un primer lugar dio la negativa por malos manejos del presidente Harrison, pero tras la renuncia del mandamás, arregló los números con Alberto Napout, presidente sucesor.

Durante su paso por la selección paraguaya

Su paso por la selección paraguaya significó un salto de calidad nacional. Lo que sí, reconoció que tuvo “demasiado trabajo de oficina para el gusto del entrenador. Teléfono, mirás videos, computadora, preguntás como están, recibís partidos. Lo más lindo es el trabajo de campo”. Por primera vez venció a la Argentina (y en el otro partido empató), se clasificó a Sudáfrica 2010 con un amplio margen y armó un equipo duro en la mitad de la cancha como marca el ADN guaraní pero con delanteros letales (Santa Cruz, Cardozo, Haedo, Barrios).

En Sudáfrica 2010 salió primero de su grupo y eliminó a Italia. En Octavos dejó en el camino a Japón por penales y en Cuartos de Final, tras fallar un penal increíble, se quedó eliminado en manos del campeón, España. Martino declaró hace un tiempo que le quedó tal bronca que jamás volvió a ver ese partido.

Su última prueba fue la Copa América 2011 disputada en Argentina. El resultado fue extraordinario, llegando a la final, eliminando a Brasil y haciendo un papel dignísimo frente al campeón Uruguay. Ese fue el último partido que dirigió el Tata, quien dejó la albirroja por algo similar al famoso “me quedé sin energías” de Bielsa.

El retorno

Sonó para Boca, para Colombia, para México entre tantas ofertas, pero Martino decidió volver. Ya sin Eduardo López en la presidencia de Newell´s, decidió dar una mano a un club complicado con el descenso y falto de jerarquía futbolística.

En apenas siete fechas, ya encontró un equipo y se encuentra cuarto con 13 puntos. En la última fecha le ganó a Vélez y el Tigre Gareca lo postuló como el candidato más firme a ser campeón. Con mayoría de pibes, se basó en Peratta-Pellerano-Víctor López-Bernardi para tener una columna vertebral experimentada.

Su estilo

Martino es un bielsista particular. Imitador de los joggins para los partidos, actualmente se abre más hacia el saco y pantalón de vestir. Eso sí, siempre inexpresivo para los goles: “si es actuado no me gusta. Espontáneo me salió en el 90 cuando salimos campeones”. Se le parece en el caminar, en el habla y hasta en la pelada como confesó preocupado entre risas a El Gráfico. Futbolísticamente sus equipos tienen de los de Marcelo el “protagonismo, el no esperar, ser agresivos, recuperar la pelota arriba”. De lo que nunca fue un fundamentalista fue de centrar el juego en los wines y del 3-3-1-3.

Bielsa es mejor que yo porque explica muy bien, tiene gran capacidad para transformar en trabajo las cosas que ve y suceden en los partidos, no aburre, es entusiasta, realiza trabajos novedosos, tiene una cabeza notable. Además, marca una línea de conducta, seriedad, ética, valores difíciles de encontrar en el ambiente.”

Sus charlas técnicas duran alrededor de veinte minutos y las da en la concentración dos horas antes del partido. Allí recuerda lo visto en la semana y los motiva con las últimas palabras. Lo que más le molesta como entrenador es no captar la atención de los dirigidos en esos momentos.

No tiene representante porque dice que con un contador se las arregla. Con quienes no podría no estar es con sus ayudantes Jorge Pautasso, Adrián Coria, Gabriel Wainer y el preparador físico Elvio Paolorosso. Ellos estuvieron en Paraguay, con quienes se animaron al tereré pero no al dialecto guaraní.

En este proceso nuevo con el resurgimiento de Newell´s, aplica su concepto de “primero contarle tu idea futbolística al jugador, después armar un buen grupo”. En eso andan los Bernardi, los Sperdutti y hasta los Urruti. Más lejos está aquella frase, en la que decía “solo si se dan las cosas, voy a dirigir a Newell´s”. Aparentemente, las cosas se dieron. Aunque hay mucho más por dar.