Jorge Sampaoli saltó a la fama en pocos meses como entrenador de U de Chile. Detrás de su gorrita y joggings, hay una historia larga y compleja con proyectos y lugares recónditos en los que evolucionó.
Su etapa oculta
Como futbolista no estará en la memoria ni de los más viejos. Comenzó en Central Argentino, jugó tres años en las Inferiores de Newell’s hasta que se rompió tibia y peroné en una jugada que no recuerda. Volante por derecha, lo apodaban “el Zurdo”, regresó a la liga casildense que le permitió dar el salto a Alumni, club con el que se dio el gusto de salir campeón poco antes de retirarse en 1991.
Estudiante del profesorado de Educación Física, fue preparador físico en las inferiores del club que lo vio colgar sus botines. Por sus condiciones, rápidamente comenzó a dar indicaciones en la Sexta y la Reserva del mismo club.
Tras un paso por Argentino de Rosario y de trabajar paralelamente en Renato Cesarini en la formación de jugadores, recibió una oferta del Juan Aurich peruano en lo que sería un amague a su comienzo verdadero. Ya era conocido por subirse a un árbol para ver un partido cuando había sido expulsado en la liga rosarina. Tres meses después de mudarse, tuvo que volver por malos resultados. En 2002 insistió con el país incaico y estuvo durante seis años en los que obtuvo grandes resultados con Sport Boys, Coronel Bolognesi (clasificó por primera vez a un torneo internacional). En 2007 dirigió a su primer grande: Sporting Cristal.
Sus primeros grandes pasos
A pesar de ser su primer fracaso futbolístico, le sirvió para aprender que “me faltó decisión para sostener lo que pensaba”. Desde allí no soltó más la vara y viajó de O`Higgins (tercero y afuera rápido en playoffs) a Emelec (perdió la final) cosechando triunfos, ponderaciones y la instalación de una idea que no era inaudita. Ya en la U de Chile obtuvo un triplete histórico (los Apertura y Clausura 2011y la Copa Sudamericana) jugando a un nivel poco habitual por esos pagos.
Su referente futbolístico
Mientras tanto, su mentor e ídolo futbolístico, Marcelo Bielsa hacía de las suyas en las selecciones argentina, chilena y en Athletic Club. Su fanatismo lo lleva desde los primeros años del Loco, en el que escuchaba y grababa sus conferencias, espiaba sus prácticas desde un árbol con binoculares, tomaba apuntes de sus ejercicios y aun lo considera “el mejor entrenador del mundo”. En una oportunidad tras perder 5-0 con el América de México por la Libertadores le mandó una carta pidiéndole perdón por no defender el estilo.
Esta idea se traslada en el campo de juego ya que comparte “su filosofía, su proyecto de fútbol de ataque, de cómo sentir el juego” e intenta (con la U de Chile exitosamente) imitarlo. De todos modos, no le gustaría trabajar con él, prefiere tenerlo como un mito y no incomodarlo.
Su mejor obra
La U de Chile de la Sudamericana es su equipo paradigmático. Con Vargas en un nivel superlativo que lo llevó a irse al fútbol europeo por más de 11 millones de euros, armó un equipo brillante y usualmente con 3-3-1-3.
Herrera se hizo fuerte en el arco, Marcos González fue fundamental en la línea de tres, Charles Aránguiz corrió hasta a los suplentes, Matías Rodríguez encontró su posición en la banda derecha, Mena y Rojas le sacaron fruto a la izquierda y arriba Canales y Vargas hicieron de las suyas. Sin jugadores de renombre (completaban el plantel Marino, el experimentado Rivarola, Pérez García, entre otros), supo imponer su juego en todos lados.
El triunfo más recordado es el 4-0 al Flamengo de Ronaldinho en Río de Janeiro. Fue una paliza total que el propio Dinho reconoció jamás haberse sentido tan superado en una cancha. Las triangulaciones en todo el campo de juego, la superioridad numérica generada por los movimientos, la pelota al piso, la posesión y la apertura de la cancha con jugadores pegados a la raya fueron los principales motivos.
La U ganó en Uruguay, Argentina, Brasil, los tres países con más títulos del continente. Tuvo al arquero menos vencido, al goleador y fue el equipo con más goles a favor. Entre los festejos, lo recibió el presidente Piñera en el Palacio de la Moneda y a pesar de éste ser catalogado como mufa, el equipo de Sampaoli mantiene la línea alta sin algunas de sus figuras pero goleando en torneo local y Copa Libertadores.
Reconocimientos
En 2011 fue premiado por El Gráfico y la ANFP como mejor entrenador del año, también lo fue como segundo mejor de América y la IFFHS lo ubicó séptimo del mundo. Sampaoli ya sonó para las divisiones menores de la selección trasandina y hace algunas semanas surgió por decantación -no por contacto- para agarrar Independiente. En la U de Chile se lo quieren asegurar con un contrato de una década. Lo que seguramente lo acompañará será el Kizanaro, un software que utiliza para estudiar rivales y crear ejercicios . Sumado a la tecnología, tiene un asistente encargado de mirar cada video y estadística.
Obsesivo, estudioso, humilde, dejó gratos recuerdos donde estuvo. “Es una gran persona, con valores y muy trabajador” dijo hace unos años Pablo Hoffman, gerente del O?Higgins. Critica al fútbol argentino por la falta de atractivo, ubica al ingenio por sobre el conocimiento y destaca al “éxito y a la forma” en niveles iguales. Jorge Sampaoli dejó de ser un desconocido, ya es el Bielsa de Sudamérica.