Inundaciones, zonas inundables y responsabilidades políticas

Por Davidalvarez
Aunque pueda parecer una perogrullada, las zonas inundables reciben ese nombre precisamente porque se inundan. Y que se inunden no es extraño, ya que normalmente esas zonas se encuentran situadas en las márgenes de los ríos, en zonas donde la pendientes se hacen más suaves y donde el agua se sale del cauce anegando las vegas.
Por lo tanto, que un río se desborde es algo normal y la intensidad de esas inundaciones puede variar dependiendo de la intensidad y duración de las precipitaciones, produciéndose cada cierto tiempo una gran inundación. Y podemos estar seguros de que la frecuencia de esas inundaciones será mayor en los próximos años como consecuencia del cambio climático. 
Aumento de las inundaciones en las últimas décadas. Fuente EASAC
De hecho, solo hace falta ver los datos que confirman que las inundaciones se han multiplicado por 4 desde 1980, siendo el evento extremo que más se ha incrementado. De hecho, independientemente de que la pluviosidad total no haya sufrido variaciones muy significativas, lo que ha ocurrido es que esas precipitaciones se han hecho más intensas en periodos más cortos de tiempo.
Ante este panorama, resulta aun más incomprensible que sigan sin respetarse los mapas de peligrosidad por inundación que establecen aquellas zonas en las que debido a su alto riesgo de sufrir inundaciones, no deberían incluirse en los planes urbanísticos como zonas edificables. 

En el plano anterior, correspondiente al municipio de Ribadesella, se aprecia cómo se han edificado recientemente varias viviendas en zonas que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha establecido como zonas de Alto Riesgo de Inundación. No hace falta ser adivino para imaginarse cuáles han sido las zonas de esta localidad que se han inundado tras las intensas lluvias de los últimos días.
Pero si ya es incomprensible que se haya permitido edificar viviendas en una zona inundable, solo un necio podría ser capaz de edificar un hospital en una zona inundable. Pues esto precisamente es lo que ha ocurrido en Arriondas, en la orilla del río Sella. Y como no podía ser de otra manera, el hospital ha tenido que ser evacuado ayer mismo al anegarse completamente por la inundación.

Pero lo más demencial es que no es la primera vez que ocurre, ya que en junio de 2010 este hospital tuvo que ser desalojado tras un episodio de lluvias torrenciales y fuimos testigos de cómo los pacientes tuvieron que ser evacuados por los bomberos en barcas neumáticas.
Tras aquellas terribles inundaciones, la Confederación Hidrográfica volvió a insistir en la necesidad de que los ayuntamientos prohibieran dar permisos para construir en las zonas inundables, ya que reconocía la elevada vulnerabilidad de la región ante los desbordamientos y que deberían recalificarse como suelo no urbanizable todos aquellos terrenos que presentaran riesgo de inundabilidad.  

Como era de esperar, la respuesta de los alcaldes de los municipios afectados no se hizo esperar, y un día después declaraban que rechazaban esas peticiones, o sea, que seguirían edificando porque según ellos, "las áreas anegadizas son la única alternativa para el desarrollo urbanístico de muchos municipios". Asimismo, y aunque parezca increíble, rechazaban que las inundaciones se hubieran debido a la urbanización en terrenos potencialmente inundables. Quizás fuera culpa de los cormoranes o del consumo de sidra durante los fines de semana.
Imagen de Arriondas tras la inundación de 2010
Lo cierto es que, como era esperable, lo que tenía que ocurrir finalmente ocurrió, Arriondas se ha vuelto a inundar y el hospital ha tenido que volver a ser evacuado debido a esa inundación. Y ante esta situación, que lejos de ser anecdótica desgraciadamente se va a convertir en habitual, se me ocurren varias preguntas: 
1) Si tal como explicaba el anterior presidente de la CHC "los planeamientos urbanísticos municipales deben de pasar el filtro de la Confederación, que prohíbe construir en zonas declaradas como inundables", ¿por qué no se prohíbe edificar y se hace caso omiso a las declaraciones de los alcaldes?
2) ¿Quién tiene la responsabilidad de este desastre y en ese caso por qué sigue en su cargo y no se le aplica una sanción ejemplar?
3) Y como curiosidad, no estaría mal conocer con detalle la historia del hospital Grande Covián de Arriondas, que el año pasado cumplió 20 años y que según parece "surgió como idea en 1981, tras un pacto PSOE-UCD, aunque los terrenos, 40.000 metros, se adquirieron en 1985". Tal como se comentaba en una noticia publicada con motivo del vigésimo aniversario del hospital "Nadie planteó que los terrenos fueran inundables, como después se demostró, así que el Ayuntamiento los recalificó y los cedió al Principado". No se puede negar que no plantearse que una zona inundable se inunde es como mínimo, curioso.
Seguramente en unos días, y atendiendo a las demandas de los afectados, se gastarán cientos de miles de euros en "limpiar" los ríos, o sea, en dragar y talar árboles de ribera, aunque como ya se ha visto en ocasiones anteriores, y han demostrado numerosos estudios, no servirá para nada.