Imagina que estás tranquilamente en tu casa, junto a tu familia y de pronto escuchas un alboroto afuera, sales a la calle, tus vecinos también lo hacen para ver qué es lo que sucede y se encuentran con varios hombres de color morado, vistiendo extrañas ropas y más allá una especie de vehiculo interespacial.
Todos quedan atónitos y temerosos, pero lo peor aún está por venir. Aquellos hombres verdes también hablan una extraña lengua, difícil de entender, por lo que intentan comunicarse a través de señales con ustedes.
Pasan los días y semanas y aquellos extraños visitantes comienzan a darles órdenes, especialmente, que es lo que deben y no deben hacer, porque según ellos es incorrecto, por lo que deben actuar o intentar hacerlo a la forma de ellos.
Peor aún, de pronto llega otra nave con más hombres morados, pero vistiendo ropajes diferentes a los primeros. Éstos últimos comienzan a derribar iglesias y toda la santería que encuentren, para luego, instalar en algún lugar visible, una especie de símbolo el cual ustedes jamás han visto.
Como a esa altura ya comienzan a entender la lengua de aquellos seres, se dan cuenta que ahora ellos son quienes imponen las reglas, leyes y todo absolutamente concerniente a sus vidas.
Junto con ésto, ya no se hablara más de Dios, al menos el que ustedes conocen, sino que se venerara el símbolo que ellos han traído.
Así también, sus casas no les pertenecerán, porque cada vez llegan más hombres morados, por lo que ellos hacen repartición de todo los que a ustedes les pertenecía hasta su llegada. Además quienes intentan no doblegarse y luchar por lo que siempre les ha pertenecido, son asesinados cruelmente.
Solo una reflexión de cómo debió sentirse, con la llegada de los españoles a América.