Por lo visto no es más que una leyenda urbana que Joseph Guillotín muriera con su propio invento: la guillotina.
Que el diseñador del malogrado Titanic pereciera a bordo del barco, si parece estar demostrado.
Se dice que el señor López Aguilar cuando aprobó la Ley de Violencia de Género actual, la cual crea serias dificultades a la defensa de los hombres, siendo suficiente para condenarles con que el relato de la víctima sea coherente y constante, dijo cuando se le preguntó acerca de que ocurriría si existieran denuncias falsas es este campo:”Las denuncias falsas son un coste asumible de la Ley de Violencia de Género”. Bien, podemos estar de acuerdo o no en esto, no sabemos, ni nadie puede saber cuantos “costes asumibles se ha cobrado esta Ley. Ley que recuerdo como casi todos los abogados en ejercicio, al menos los que yo conozco, pensábamos que sería anulada por el Tribunal Constitucional” pero no la oportunidad política (más de la mitad de los electores son mujeres, sin mala intención, pero tampoco tienen por que ser expertas en Derecho) aconsejaba aprobar esa Ley, que por otra parte no se ha mostrado eficaz.