La sesión que ha configurado las cortes generales de esta XI legislatura nos ha adelantado las dos variables sobre la que pilotará su vida política, sea ésta larga o corta. La primera de ellas es el pacto, no siempre fácil y siempre bajo la sombra de la tracción a las propias filas. Veamos qué matices encontramos en los distintos pactos. Al Partido Popular, con 7'2 millones de votos y 123 escaños le corresponde la iniciativa de buscar apoyos parlamentarios suficientes para un gobierno. Es casi seguro que será el candidato de SM El Rey para esta labor. Pero el PP lo tiene complicado. Durante cuatro años ha acaparado el poder institucional del Estado en todos los niveles, local, regional y central. Y solo en contadas ocasiones ha llegado a acuerdos. Esta forma casi despótica de ejercer la mayoría absoluta no solo le ha pasado factura en las urnas, sino que le está dificultando llegar a un acuerdo de gobernabilidad en esta legislatura. Resulta terriblemente complicado explicar a cualquier electorado progresista que después de una legislatura tan unilateral se permita formar gobierno al mismo PM inmovilista que ayer se oponía a todo pacto. Por tanto el partido popular, de momento, solo cuenta con el apoyo de ciudadanos (Cs) lo que suma 163 diputados, eso exigiría el apoyo de algunos minoritarios y periféricos, cosa con la que no puede contar, o con la abstención del Partido Socialista. No obstante, al PP no le apremia formar gobierno, porque la idea de unas elecciones anticipadas no pasaría factura a los conservadores. Muy al contrario, la experiencia y los sondeos (siempre tomados con cautela) el voto se polariza hacia las principales opciones ideológicas, lo que supone un cierto auge del PP a costa de Ciudadanos principalmente. Suele ser habitual ante un escenario de repetición electoral que aumente la abstención a causa de la frustración. Escenario que beneficia a los conservadores, por ello aunque el Partido Popular trabaje en pro de formar gobierno, es una labor para lo que el tiempo juega a su favor. Más si tenemos en cuenta que el candidato a PM es especialista en dejar pasar el tiempo y que éste solucione sus problemas.
La sesión que ha configurado las cortes generales de esta XI legislatura nos ha adelantado las dos variables sobre la que pilotará su vida política, sea ésta larga o corta. La primera de ellas es el pacto, no siempre fácil y siempre bajo la sombra de la tracción a las propias filas. Veamos qué matices encontramos en los distintos pactos. Al Partido Popular, con 7'2 millones de votos y 123 escaños le corresponde la iniciativa de buscar apoyos parlamentarios suficientes para un gobierno. Es casi seguro que será el candidato de SM El Rey para esta labor. Pero el PP lo tiene complicado. Durante cuatro años ha acaparado el poder institucional del Estado en todos los niveles, local, regional y central. Y solo en contadas ocasiones ha llegado a acuerdos. Esta forma casi despótica de ejercer la mayoría absoluta no solo le ha pasado factura en las urnas, sino que le está dificultando llegar a un acuerdo de gobernabilidad en esta legislatura. Resulta terriblemente complicado explicar a cualquier electorado progresista que después de una legislatura tan unilateral se permita formar gobierno al mismo PM inmovilista que ayer se oponía a todo pacto. Por tanto el partido popular, de momento, solo cuenta con el apoyo de ciudadanos (Cs) lo que suma 163 diputados, eso exigiría el apoyo de algunos minoritarios y periféricos, cosa con la que no puede contar, o con la abstención del Partido Socialista. No obstante, al PP no le apremia formar gobierno, porque la idea de unas elecciones anticipadas no pasaría factura a los conservadores. Muy al contrario, la experiencia y los sondeos (siempre tomados con cautela) el voto se polariza hacia las principales opciones ideológicas, lo que supone un cierto auge del PP a costa de Ciudadanos principalmente. Suele ser habitual ante un escenario de repetición electoral que aumente la abstención a causa de la frustración. Escenario que beneficia a los conservadores, por ello aunque el Partido Popular trabaje en pro de formar gobierno, es una labor para lo que el tiempo juega a su favor. Más si tenemos en cuenta que el candidato a PM es especialista en dejar pasar el tiempo y que éste solucione sus problemas.