Invictus. ¿es posible una nueva humanidad?

Publicado el 02 marzo 2010 por Maribelium @maribelium

Este fin de semana vi la película Invictus. Me sorprendió gratamente. Pensaba que sería una historia más, una historia edulcorada, sobre la vida de un personaje importante, cuyo papel ha sido relevante, en su país. Pero me encontré con algo más…

Me encontré en la película con un hombre, que tiene el valor de asumir la responsabilidad de su propio destino, de ser en definitiva él mismo y de comprometerse por mejorar una realidad, en la que parece imposible hacer algo constructivo, la de Sudáfrica en los años que le tocó vivir. Y lo más importante, es que él, quién decide comprometerse, es alguien que tal vez tendría más razones para odiar que para amar, para vengarse que para perdonar. Después de años metido en la celda de una cárcel, este hombre muestra que ha ganado sabiduría, que ha sabido perdonar y usar su dolor para aumentar su humanidad y sensibilidad hacia otros seres humanos. No ha permitido que le destruya, ni que le anule el sufrimiento. Ha conseguido trascenderlo y crecer. Además, ha sabido captar las necesidades de las personas y llevarlas a donde realmente merecen, a ser mejores, más conscientes de sí mismos y de lo que pueden llegar a ser, a ser más libres y para ello no duda en exponerse, en mostrar sus heridas y en enseñar como ha encontrado sentido a su vida, a pesar de ellas.

Da su vida, y no solamente su tiempo, su imagen, su dedicación política, sino que pone su alma en todo lo que hace, dándonos una lección de cómo adoptar la mejor actitud ante las dificultades. Una actitud que es posible para todos, si nos damos cuenta de que es posible. Si creemos que podemos, podremos dar lo mejor de nosotros mismos. Si no lo creemos, entonces no lo daremos.

La película habla por sí misma, y las palabras de Nelson Mandela también. Dejo aquí su poema, que me ha llegado gracias a la amabilidad de una persona con un alma sensible:

INVICTUS

Out of the night that covers me,

Black as the Pit from pole to pole,

I thank whatever gods may be

For my unconquerable soul. -

In the fell clutch of circumstance

I have not winced nor cried aloud.

Under the bludgeonings of chance

My head is bloody, but unbowed. -

Beyond this place of wrath and tears

Looms but the horror of the shade,

And yet the menace of the years

Finds, and shall find me, unafraid.

It matters not how strait the gate,

How charged with punishments the scroll,

I am the master of my fate;

I am the captain of my soul.

INVICTUS

Más allá de la noche que me cubre

negra como el abismo insondable,

doy gracias a los dioses que pudieran existir

por mi alma invicta.

En las azarosas garras de las circunstancias

nunca me he lamentado ni he pestañeado.

Sometido a los golpes del destino

mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas

donde yace el Horror de la Sombra,

la amenaza de los años

me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal,

cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino:

soy el capitán de mi alma.