Título: Invierno Ártico. Un caso del Inspector Erlendur SveinssonAutor: Arnaldur Indridason.Editorial: RBA Libros, 2012Páginas: 352.
Resumen oficial.
En enero, el implacable invierno islandés se adueña por completo de la isla. Elias, un niño de diez años, ha aparecido apuñalado cerca de su casa y en estado de congelación.
La víctima del homicidio es el hijo de una inmigrante tailandesa que trabaja duro para mantener a su familia desde que su marido islandés les abandonó.
El inspector Erlendur Sveinsson y sus inseparables ayudantes Sigurdur Óli y Elínborg son los encargados de llevar a cabo la desagradable tarea de resolver un asesinato en el que no faltan sospechosos. Erlendur y sus compañeros se verán obligados a ahondar en el pasado de la familia y a sumergirse en las profundidades de la sociedad islandesa.
Impresión personal.
Dos motivos esenciales he tenido para seleccionar este autor y esta novela. Tenía muchas ganas de estrenarme con el autor islandés y el Reto de la A a la Z ha sido la excusa perfecta para que de una vez me pusiera con él. A parte de ello, cada día me llama más la atención Islandia. Hace ya dos años que todos los veranos tenemos un intercambio de islandeses con jóvenes de Zafra y todos los veranos conozco a un par de adolescentes islandesas que se quedan en casa de un familiar porque tengo sobrinas mellizas y las acogemos de dos en dos. Lo que cuentan, lo que les gusta o rechazan de plano (comida, ropa, costumbres,...), su simple físico que se abrasa con el sol extremeño nos resulta a todos curioso y te entran ganas de visitar Islandia, aunque en otra época diferente a la que muestra el libro.
Junto a él, hay que destacar a Sigurdur Oli y a Elinborg. El primero, con problemas matrimoniales porque su mujer desea un hijo que no llega y que tiene al matrimonio sumido en una frustración continua. Y Elinborg, policía y madre de familia, que intenta conciliar ambas cosas además de meterse en la vida del resto de sus compañeros como si dependiera de ella.
Invierno Ártico es una novela negra lenta y pausada, no sólo en la investigación sino en todo lo que se cuenta de sus personajes. Pero a pesar de ello, creo que la lentitud es obligada y premeditada por parte del autor. La descripción de ese invierno islandés no da opción a otra cosa. El ambiente invernal está tan bien conseguido que puedes sentir el frío en los huesos, en las manos y en los pies cuando los personajes caminan o esperan vigilando. Por otro lado, la mezcla de culturas del caso entre la islandesa y la oriental de Tailandia provoca por fuerza lentitud en la investigación. La traba del idioma de parte de los protagonistas y el misterio que los envuelve hace que todo se ralentice por necesidad. Pero a mi personalmente me ha gustado ese ritmo lento porque en ese ambiente no me pega otra cosa.
Personalmente, me ha gustado mucho el estilo del autor. Me ha parecido una manera de escribir cuidadosa y muy gráfica sin ser descriptiva. Tal y como cuenta los hechos que van pasando puedes colocarte en la situación y sentirla. En treinta capítulos de corta dimensión, la historia aunque contada de forma pausada, tiene el suficiente ritmo para que no quieras abandonar sin saber las causas finales de los hechos.
Por otro lado, me han quedado ganas de reencontrarme con Erlendur, ver como era antes de esta entrega y como evoluciona. La verdad es que me he preguntado en varias ocasiones cómo en un país como Islandia con esa climatología alguien puede salir de un estado de tristeza así. No creo que sea fácil cuando apenas hay dos horas de luz natural en pleno invierno y un frío que debe congelar la más fuerte de las voluntades.