Emmeline está a punto de cumplir los dieciséis, lo que significa que aprenderá el oficio de soeur Manon y estará “elegible como pareja”, pero eso es un problema, pues todos se mantienen muy cerca de sus cuadrantes y por supuesto, pasan las noches encerrados. Emmeline sabe que el bosque que se encuentra más allá de su pueblo es peligroso y que pretender explorarlo constituye un acto de rebeldía. Por eso nadie abandona el asentamiento si quiere seguir con vida. Es por eso que estas personas se guían por tres virtudes: Honestidad, Valentía y Descubrimiento. Y como siempre, el hermano Stockham se los repite en Las Pláticas de Virtud, pues éstas siempre los han mantenido a salvo.
Los bosques del exterior les están prohibidos, y cada vez que alguien no cumple las reglas es una transgresión para el asentamiento y son enviados a las murallas para hacer guardia. Nadie sabe lo que hay del otro lado. Pero Emmeline es arrastrada fuera de los muros por sus sueños y su insaciable curiosidad.
Somos iguales en todo: en la abundancia y en la miseria. Sobrevivimos juntos, o perecemos. Una terrible amenaza acecha y el invierno asesino está por llegar. ¿Qué es lo que hay afuera?
Próximamente en México