Invierno - Elvira Valgañón

Publicado el 24 enero 2019 por Elpajaroverde
«Lo que recuerda empieza una mañana de verano. La luz del sol, brillante y cegadora, las manos ásperas del hombre que le puso un sombrero y lo vistió con una chaqueta vieja, que se alejó un poco para mirarlo y dijo algo que no comprendió. Árboles y surcos de tierra oscura. Al principio pensó que también a él le brotarían de los brazos frutos redondos y brillantes. Ahora sabe que lo árboles son árboles y los tomates, tomates y que la huerta que habita solo es una parte del mundo».
Una parte del mundo y, sin embargo, el pueblo que la alberga contiene en él un mundo entero.
En ese pueblo imaginario de ubicación desconocida, aunque probablemente Elvira Valgañón, su autora, no se haya alejado demasiado de su tierra natal, La Rioja, para buscar inspiración, el invierno es largo y dura casi todo el año. El invierno lo acusan las familias más necesitadas, que carecen de recursos para reponer el calzado para que sus niños vayan a la escuela. El invierno propicia los encuentros y reuniones en el bar de Anselmo, que no siempre fue ni será de Anselmo, pero entre cuyas paredes se siguen contando las mismas historias que cuando él lo regentaba.
Un invierno llegó al pueblo el francés, al que encontraron en un prado que se conocería luego como el prao del francés, aunque ni siquiera era francés, pero cuando esto se supo era ya demasiado tarde para empezar a llamarlo de otro modo que no fuera el francés, porque ya era su francés, es decir, el francés de las gentes del pueblo que vivían por aquel entonces, y por tanto el francés de los que vivirían después, porque los muertos y sus historias también se heredan.
Al pueblo y su sucesión de inviernos llegarán más personajes que después se irán. Algunos tal vez regresen. Pero tal vez sean sus llegadas y desapariciones los que dejen la impronta en la mitología del lugar, los que den el marco al ínterin que forjarán las historias que sustentarán los hombres con sus charlas de taberna y las mujeres al encontrarse en el río.
Luego están aquellos que ni llegan ni se van porque siempre han estado. Como Lamperna, el pastor, cuya muerte «nos cogió a todos desprevenidos, no porque no tuviera Lamperna edad para morirse sino porque, por entonces, su presencia formaba parte de las cosas que a nosotros nos parecían inmutables: el río, la dehesa, el invierno, la cueva del Moro, las rosquillas de la madre, el espantapájaros del huerto de Bernardo, la casa encantada... Y las historias que nos contaba Lamperna».
Lamperna cuenta historias a quien las quiera escuchar pero calla muchas otras. Las calla porque ha vivido muchos fríos inviernos pero también conoce el sol despiadado y abrasador y hace tiempo que aprendió que «el calor mataba a más hombres que la guerra».
De la guerra sabe un poco el viejo pastor pero no es el único que le ha visto las orejas al lobo. Porque en esta historia contenedora de historias que nos cuenta Elvira Valgañón y cuyos capítulos llevan título de cuentos clásicos, no faltan «los hombres del saco» que «se llevaban a la gente de sus casas».

i've got soul but i'm not a soldier
Fotografía de Alba Palacios

Sí, Elvira Valgañón nos cuenta varias historias porque bien sabe que una única historia está hecha de muchas historias. Reconozco que llego a su libro un poco a ciegas, víctima un poco de un amor a primera vista por él. Por eso, por desconocer su estructura, a veces me siento un poco desubicada. Espero una novela al uso. Me encuentro con historias protagonizadas por distintos personajes en distintos años e incluso siglos pero sobre un escenario común. Afino los sentidos buscando coincidencias, guiños, cruces. Y cuando ya doy por sentado que lo que en realidad me está contando es la historia de ese pueblo, se retoman algunos de los personajes y de las tramas.
Disfruto de mi desubicación, sin embargo, y perdono cierta falta de cohesión del conjunto porque la prosa de Valgañón es exquisita y sus historias rezuman sutileza. A don Luis, otro de los personajes, en ese pasado que recuerda y que algún día tendrá que dejar de callar, alguien le pide que se haga cargo de una criatura: «Cuídamela, le decía ella y se lo pedía con los ojos, con las manos, con los hombros, con el cuerpo entero». Así, con  los ojos, con las manos, con los hombros, con el cuerpo entero, nos pide Elvira Valgañón que escuchemos el silbido del frío e invernal viento que ulula y susurra historias. Así, con cada fibra de su cuerpo que apela a cada fibra del nuestro, escribe la riojana, haciéndonos regalos delicadísimos, como aquellos que Laureano, al que conoceremos de adulto, le hiciera siendo un mozo a Casilda, que por aquel entonces era apenas una cría y que los «recibía con una mezcla de extrañeza y pudor, con un revoloteo en el estómago que no conocía de antes, cuando él le ponía en las manos nidos de gorrión y piedras de colores pulidas por el agua, cerezas para que se las pusiera de pendientes, puñaditos de paniquesos, anavias moradas ensartadas en pajitas».
«Algunas noches sueña con cosas que no ha visto nunca, lugares que no conoce, palabras que no le dicen nada. Un libro manchado de café, música en la radio, mermelada de ciruela, un fuego encendido en la cocina, una mujer hermosa, de pelo muy rubio, casi blanco, que acuna a un niño sentada en una mecedora, y eso son recuerdos de otro, sospecha, recuerdos que habitan su sombrero y su chaqueta y que enseguida se le olvidan cuando se despierta».
Sueños, incumplidos o por cumplir; «miedo tan grande que [...] lo tapó todo»; recuerdos, que son lo que queda cuando alguien se va, los que trenzan las historias. Todo esto compone el Invierno de Elvira Valgañón. Todo lo pequeño, lo minúsculo, lo mirado al microscopio. Porque la vida es lo chiquito, los pequeños detalles, lo que necesita ser preservado por el ambiente helador de este libro. La vida es eso, siempre que el calor indiscriminado y arrasador de lo grande, que casi siempre escapa a nuestro control, deje que siga su curso.

scarecrow. Fotografía de Caroline


Ficha del libro:
Título: Invierno
Autora: Elvira Valgañón
Editorial: Pepitas de calabaza
Año de publicación: 2017
Nº de páginas: 136
ISBN: 978-84-15862-94-9
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