Soy una persona tremendamente práctica. He aprendido con el tiempo a controlar mi inconstancia y a intentar que todo lo que me pase, lleve a cabo o ocupe mi tiempo, sirva para algo. No quiero mirar atrás y pensar que he perdido tiempo, dinero o energía en algo, sea lo que sea, que al final no ha resultado ser lo suficientemente importante en mi vida. Hacer que todas nuestras inversiones tengan un por qué, un fin concreto y un objetivo, contribuye a alejar la frustración. Y es cierto, si no te arriesgas no ganas, pero tampoco hay que tirarse a la piscina sin más. Y vale, en mi última newsletter os instaba a no esperar demasiado a estar preparados para llevar cosas a cabo y en mi post del lunes os hablé de no esperar al destino y pasar a la acción. Pero ambas cosas tienen que hacerse con la suficiente prudencia como para que no se nos caigan nuestros objetivos como un castillo de naipes.
Extrapolado al hecho de tener un blog, algo que ocupa tanto tiempo, esfuerzo y dedicación por nuestra parte, esta forma de considerar a partir de dónde o hasta qué punto debemos hacer inversiones, de lo que sea, pero sobre todo de dinero, es fundamental. Quizá por eso, y a pesar de llevar casi dos años escribiendo aquí, mi inversión económica en mi blog ha sido cero. Soy prudente (que no agarrada) en este caso porque antes de invertir…
- Quería esperar a tener un compromiso con mi blog. Saber que no lo iba a abandonar a la primera de cambio.
- Quería crear una audiencia en torno a mi blog, lectores asiduos que lo visitaran.
- Quería crear una comunidad. Otro tipo de lectores que demanden un contenido más “exclusivo”.
- Quería definir bien mi línea editorial, la temática en torno a la que escribir, porque me facilita muchísimo a la hora de programar mi contenido. Y porque al final lo que más me gusta es escribir de aquello que me apasiona.
Hay cosas que he cumplido y otras que están en proceso. Si tú también estás dudando si invertir dinero o no en tu blog, quizá debas empezar por preguntarte: “¿Qué quiero conseguir para que me merezca la pena el dinero que voy a gastarme?”.
Y es que, al igual que yo tengo mis razones, seguro que hay personas que no saben bien cuándo empezar a invertir en dinero en su blog (por ejemplo, en un diseño, en en un domino o en anuncios patrocinados en redes sociales) o que empiezan a hacerlo demasiado pronto y se encuentran con que al mes se han desmotivado de tal forma que dan ese dinero por perdido. Por eso, hoy os traigo una lista de 5 cosas que deben suceder antes de gastar dinero en un blog. 5 cosas que pueden ayudarte si no sabes el punto en el que estás, pero que si siempre has tenido claro la función de tu blog (como escaparate profesional si, por ejemplo, eres freelance) no te servirán de nada. En definitiva, este post va dedicado, sobre todo a esos blogueros principiantes, que se preocupan por lo que, al menos de momento, no se deben preocupar.
Aquí van, espero que ayude :)
1. Primero piensa si vas a tomarte tu blog en serio: todo el mundo (y más en los tiempos que corren) se piensa mucho en qué se gasta el dinero. Valora sincera y profundamente contigo mismo si te vas a tomar en serio tu blog (si vas a actualizarlo periódicamente o si vas a utilizarlo como herramienta o como hobbie, por ejemplo) antes de lanzarte al abismo de gastar dinero para que sea el blog con el mejor diseño y el mejor dominio. Busca primero en ti, y te darás cuenta que hasta que no empieces a rodar como bloguero, no sabrás cuánto de en serio puedes llegar a tomártelo. Empieza de cero, con un dominio gratuito, y luego ya veremos.
2. Define si quieres un dominio X o un dominio con tu nombre: generalmente, los blogs orientados a ser la plataforma profesional de su autor, suelen llevar su nombre en el dominio. Elegir bien el domino antes de comprarlo, es un paso fundamental antes de comprarlo a lo lolailo.
3. Define tu temática y tu línea editorial: no sé si hay un estudio al respecto, pero mi experiencia blogueril (en mí misma, y en blogs de otros) me ha demostrado varias veces que un blog que escribe hoy de esto y mañana de aquello y que no tiene una temática más o menos orientada (se puede hablar de muchos temas, pero al final, todos tienen que tener un nexo fuerte y cachudo que los mantenga unidos) suelen durar poco, generalmente porque su autor se bloquea (sí, parece mentira ser capaz de bloquearse teniendo temáticas por doquier, ¿verdad? Pero el problema de eso es la planificación. Teniendo tantos temas que abarcar, decidir sobre qué se va a escribir es mucho más complicado).
4. Define a tu lector ideal, crea una comunidad en torno a tu blog: algo ligado a no tener una temática definida y una cosa que veo fundamental antes de hacer ningún tipo de inversión en un blog, es saber que alguien va a leerlo y sobre todo quién. Sin temática no tienes lector ideal; sin lector ideal, no sabes para quién escribes. Para llegar a alcanzar un nivel de comunidad, es necesario que tu público objetivo, tu target, esté bien definido en tu estrategia de contenidos. De no ser así, tu lector no sabrá muy bien qué va a encontrarse cuando entre a tu blog la próxima vez y te resultará más difícil fidelizar a la audiencia. Y un blog sin audiencia, lo sabemos todos, es como un jardín sin flores. ¿De verdad te planteas invertir dinero en algo que nadie va a leer?
5. Un blog que tienes que mantener, sobre todo si no es tu primera fuente de ingresos, tiene que apasionarte: he dicho tantas veces que lo más importante en los blogs y en la vida es la pasión, que será lo que nos saque de los agujeros, lo que nos levante cuando nos caigamos y lo que nos diga “una vez más” cuando nos queramos rendir… Lo sé, me repito mucho, pero realmente, si ya vas a invertir tu tiempo, tu dedicación y además tu dinero en tu blog, ¿cómo vas a consentir que no te entusiasme?
Hasta el lunes, almas cándidas :)