Las que leéis con detenimiento los posts de este blog de moda infantil o seguís la cuenta de Compritas en Instagram sabéis que "los compritas" hemos estado de boda este fin de semana.
Se casaba el mejor amigo del señor que vive en mi casa y es el padre de mis hijos -quien, a pesar de que no le veáis en las fotos, también estuvo allí- con una de mis mejores amigas donbenitenses. Una boda preciosa y cargada de emociones que, por el nivel de lágrimas derramadas, bien pudiera haber patrocinado GUASH o, para ser más pragmáticos, la mismísima KLEENEX.
Aunque sabíamos desde hace meses que el gran acontecimiento tendría lugar el día 24 de octubre, os tengo que confesar que empecé los preparativos hace menos de un mes. O, para ser exactos, "apañé" el look de la teen el día 3 de ocubre y me encargué del resto la semana pasada. Aún así, y a pesar de la falta de planificación, tengo que confesar que estoy tan contenta con el resultado final que os lo voy a explicar todo con pelos y señales.
Empiezo por "miss Compritas" que, como se puede observar, posa ya como una teen de pleno derecho. Del look bodil de mi niña me siento muy orgullosa, no solo porque piense que iba muy mona -¡que voy a pensar yo que soy su madre!- sino porque es un look de El Mercadillo de Compritas. Ya sabéis lo que os perdéis las que no venís al mercadillo...
Nos encontramos frente a un look de consenso. Yo consentí en que llevara pantalones y ella consintió en que yo escogiera el top. Los pantalones, elegidos por ella, son de CUL DE SAC, marca por la que mi hija siente especial devoción. El top, lo tuve claro desde el momento que lo vi, es de CLO&TILDE. Las manoletinas plateadas -a las dos nos gusta el brilli-brilli- son de DON PISOTÓN.
Rematamos el estilismo con un reloj al cuello que era de mi madre y que a mí me encanta y con una cartera comprada en Don Benito dos horas antes de la boda. Al principio no me gustaba mucho pero ahora, viendo la foto y pensando que me costó 15 euros, la veo monísima. Ella, no os quepa la menor duda, estaba feliz con su bolso plateado de mayor.
En esta foto no veis el peinado pero éste era una trenza que le hizo la peluquera de mi suegra que es un encanto y está -desde que tengo mi blog de comuniones y arras estoy muy puesta en el tema- a la última en tendencias de peinados para boda.
Se llama CONCHA DIEZ MADROÑERO y tiene una peluquería preciosa y de una categoría que nada tiene que envidiar a las peluquerías más cool. Aquí la tenéis en acción terminando el peinado de "mi niña":
Pasamos al look de mi "pre-teen" con talla de "post-teen". Lo de este hijo mío es un dolor de cabeza continuo. Todo el mundo me dice que todavía tiene que dar el estirón y ahí estoy yo esperando con horror a que se produzca el fenómeno para tirar los tabiques de su habitación o, en caso de que sean muros de carga, ponerle la cama en el pasillo, o en el techo, o en la calle...
Es un crack. Mirad como posa... El look del prenda se compone de un pantón de FREESTYLE -nunca sabrá EL CORTE INGLÉS lo agradecida que estoy a su ocurrencia de las tallas especiales para niños-, una camisa talla M de caballero de THE FIRST OUTLET -las mangas nos quedan un poco grandes pero mamá ya no está para jaretas- que compré en mi visita a su tienda de Las Rozas y que os conté AQUÍ, la americana de A GATAS que compré para su Primera Comunión en la última edición de COMPRITAS COMUNIONES -para que se la pudiera poner era condición indispensable que no se la abrochara...-, la corbata de su comunión que encontré AQUÍ y los zapatos del cole que son de CARREFOUR ya que es el único sitio en el que he encontrado unos mocasines del 44 lo suficientemente baratos para que, cuando los rompa, no me dé un soponcio. Me parecía mejor esta opción que la de ponerle los otros zapatos que tiene que son color cuero -y mucho más caros-.
Y ahora viene el "minimodel" que, gracias a Dios, no me costó un duro pues a éste pobre le cabe todo lo suyo y lo que llavaba su hermano hace cinco años...
Tampoco tiene problemas a la hora de posar. El look de El Mindu es un look muy NECK&NECK. La camisa y la teba son de esta marca y son las que llevó su hermano a la comunión de la primogénita allá por el Pleistoceno -la que guarda, halla-. Las bermudas también son herencia de su hermano y la corbata es la que llevó en su comunión el año pasado y que compré AQUÍ.
Los calcetines los tenía por casa -no sé realmente sin son suyos o de sus hermanos- y los zapatos no estaban previstos. La idea es que llevara unos castellanos burdeos monísimos -los de su Primera Comunión- pero, no sé muy bien qué pasó, se quedaron en Madrid esperando nuestro regreso dentro de su caja encima de la cama de su propietario.
Y ahora viene mi momento ego-blogger, que también tengo derecho. Como el señor que vive en mi casa y es el padre de mis hijos no lee nunca mis posts os voy a contar la verdad.
Yo me compré este verano, camino de las vacaciones, un vestido mono y nada caro que me pareció muy apropiado para ir de boda. Luego, ya en la playa, vi otro vestido -al 50%- que me gustó aún más que el primero aunque me quedaba un pelín justo pero como -pensé yo- tengo mucha fuerza de voluntad -mentira- para cuando sea la boda ya me sentará como un guante.
Dos semanas antes de la boda se confirma que tengo una visión muy equivocada de mí misma y el vestido me sigue quedando un pelín justo. O dos pelines... Pero es tan mono que lo llevo a una costurera buenísima para que me haga una falda que quedará ideal con una blusa blanca que tendré que comprar.
Y sí, la falda ha quedado monísima pero la blusa todavía no ha sido comprada.
El pasado jueves -dos días antes de la boda- entro en pánico y tiro de vestidor -en mi caso un armario corriente y moliente-. Me pruebo el que para mi era la primera opción -un vestido de ANTONIO PERNAS vintage, es decir, que tiene más años que la pana ya que me lo compré, en VENTE-PRIVEÉ, para la boda de mis cuñados cuya hija me puede hacer tía en cualquier momento- y compruebo, con gran alegría, que el paso del tiempo no ha hecho tantos estragos en mi cuerpo como yo pensaba. Salvo por la manga derecha que me queda un poco justa debido al músculo desarrollado por mi afición al pádel, el vestido ¡ME CABE!
Un poco de chapa y pintura, unos tacones, unas joyitas, una cartera comprada dos horas antes de la boda -en plan capricho porque la que yo tenía también estaba bien-, una visita a la pelu de la suegri ... y ni tan mal, ¿no? -y eso que a mí las cámaras me engordan...-
No os pongo foto con los novios porque no salgo nada favorecida... pero sí os dejo esta con mis retoños que me encanta. La versión familia completa -en la que sí aparece el señor que vive en mi casa- ya está en un marco en el salón principal de nuestra residencia -que, por otra parte, es el único salón que tenemos-.
¡Hasta el próximo post!