Dime la voz que ignoras como el agua su fuerza, lluéveme en los rincones del silencio interior, muele mis abstracciones, tritura mi imágenes. Y con ese polvillo de alas de mariposa, y tu saliva santa, haz el barro que ponga en mis ojos la luz.
Henri Matisse: La Joie de Vivre, 1905-1906. Fundación Barnes, Filadelfia.