David Cooperrider, uno de los expertos más reconocidos en Organizaciones Positivas, expuso cómo las empresas pueden incrementar su productividad hasta en un mil por ciento a través de climas laborales positivos.
En el marco del III Foro Internacional de Ciencias de la Felicidad, organizado por la Universidad Tecmilenio en el Distrito Federal en octubre pasado, este profesor de comportamiento organizacional de la Universidad Case Western Reserve explicó que el bienestar como pilar del desarrollo sustentable en las compañías está ampliamente documentado.
Cooperrider citó un libro de John Collins que incluye una lista de compañías que de mediocres se transformaron en fantásticas con una tasa de crecimiento de 1,646 por ciento. ¿Cómo consiguieron esa hazaña? Se convirtieron en 'compañías de cariño'. ¿Pero cómo se logra que las empresas avancen en esa dirección? Cooperrider tiene la respuesta: La indagación apreciativa, una herramienta que promueve una revolución positiva.
El término indagación se refiere a la formulación de cuestionamientos positivos con el fin de iniciar un proceso de cambio, mientras que apreciativa tiene que ver con reconocer el mérito de algo o alguien; rescatar lo que tiene el mayor valor.
Esta herramienta sirve para alinear organizaciones hacia una visión y misión común, lo cual mejora la productividad, disminuye la rotación de personal, incrementa la satisfacción del personal y estimula la creatividad e innovación.
Cooperrider, fundador y presidente del Centro Fowler para el Valor Sostenible -cuya propuesta es que la sustentabilidad es la oportunidad de negocio del siglo XXI- reveló que el secreto del éxito empresarial reside en la creación de una alineación de fortalezas que haga irrelevantes las debilidades.
"El cambio está ligado a las fortalezas, no a las debilidades". Esta frase pareciera una obviedad, pero la realidad es que los líderes suelen fijarse más en lo que no hay que en lo que hay.
Este asesor de premios Nobel recordó cuando solicitó un análisis sobre Avon México. "No les pedí a los consultores ninguna metodología en particular, y después de un tiempo llegaron con una lista de problemas y carencias, y eso es lo interesante: que el 99 por ciento del tiempo los consultores regresan con ese enfoque... ¿Acaso el mejor consultor es que el que me revela cuál es el problema más grande de mi empresa?".
El conferencista puso de ejemplo a Steve Jobs, quien tenía una gran frase: Céntrate en las pocas cosas que tienes la oportunidad de hacer bien. "Uno de los más grandes líderes que tuvo una inteligencia apreciativa, que veía fortalezas donde nadie más, que veía el poderoso roble en una avellana fue Jobs; él tenía una inteligencia apreciativa, un rasgo que se debe desarrollar".
Infinidad de estudios demuestran cuánto se ha infravalorado el rol de lo positivo, pues la psicología se enfocaba en combatir las emociones negativas. "Ahora se sabe que entre más alegría, optimismo y esperanza ponemos en nuestro día a día nuestra inteligencia crece, nos volvemos más creativos y podemos modificar patrones negativos pasados".
Las cifras refuerzan las palabras de Cooperrider. Según un estudio de la firma de análisis Gallup, los trabajadores de una empresa con altos niveles de bienestar son 17 por ciento más propensos a reportar impactos significativos en su desempeño. En estas compañías, además, la rotación de personal disminuye hasta un 15 por ciento.
Con estas ideas en mente Cooperrider empezó a retar ese enfoque, pues ese es el inicio de la indagación apreciativa: empezar desde un punto de vista distinto. "Ningún problema se puede resolver desde el mismo nivel de conciencia en el que fue creado".
Enfoque 4Ds
Para lograr esa nueva visión, David Cooperrider utilizó el enfoque de las 4 Ds: Descubrimiento, Desarrollo, Diseño y Destino. Este método puede ser usado tanto en modelos de planeación estratégica como en la vida personal. "A esto le llamamos el núcleo positivo de todo el sistema y así podemos empezar a pensar con los pies en la tierra e imaginar el futuro".
La segunda parte de la indagación apreciativa consiste en el reconocimiento de que el mundo no es un problema a ser resuelto, sino que es un vasto conjunto de conocimientos y fortalezas. Para alcanzar no sólo la elevación de fortalezas, sino una combinación de fuerzas positivas que hagan florecer a empleados y empresas, Cooperrider sugiere tres etapas:
Sesión 1
El descubrimiento de los activos y las fortalezas con las que cuenta la organización.
Sesión 2
Soñar, imaginar el futuro que quieren construir
Sesión 3
La creación de un prototipo del modelo imaginado
Durante esas sesiones se deben trabajar los siguientes puntos:
1. Implementa el principio de amplitud
Anteriormente los administradores pensaban que entre más pequeños fueran los grupos más fácilmente se tomaban decisiones, pero ahora se sabe que no es necesariamente así. Cooperrider recordó el caso de una empresa que ahorró 10 millones de dólares gracias a uno de sus mecánicos. "El gerente estaba muy nervioso, pensaba que los trabajadores exigirían mejoras y aumentos, pero a pesar del miedo, la gerencia reunió a todos sus empleados y les explicó los problemas financieros por los que atravesaban, y uno de ellos, tras meditar el asunto, tuvo una idea que le ahorró dinero a su compañía".
2. Todos tienen voz y voto
No importa qué puesto tengas en la compañía, todos deben participar para alcanzar un bien común. Cooperrider mencionó el ejemplo de una reunión organizada por el gobernador de Cleveland, quien convocó a cientos de personas en 47 grupos de trabajo para el diseño de un sistema de energía eólica. Fue una experiencia tan redituable que pretenden replicarla cada 10 años.
3. Involucramiento
La participación de todos los actores es fundamental para un cambio radical, pues todos están diseñando lo que desean para el futuro, ven el papel que van a jugar en la estrategia y entienden cuál será su rol para alcanzar la meta. "Ser parte del proceso despierta pasión y compromiso. Lo mejor de los seres humanos surge cuando diseñan en conjunto".
4. Orientarse a la acción
La gente está harta de ir a juntas sin que se pase a la acción; el personal quiere contribuir en estrategias que se lleven a la práctica.
5. Sé una empresa vanguardista
Las nuevas empresas no tienen miedo de reunir en un salón a los trabajadores de todas las áreas con los clientes, gerentes y hasta el consejo administrativo. "No todas las organizaciones aceptan el reto, pero la realidad es que las reuniones donde participan todos los miembros es una opción muy prometedora", aseguró Cooperrider.
Generalmente los líderes están nerviosos de tener a todos los trabajadores en la misma sala, pero cuando aceptan el reto descubren que esas dinámicas les permiten descubrir el potencial de cada uno de sus empleados.
6. Ama lo que creas
Ya que se logra el involucramiento, los empleados dedican buena parte del tiempo a pensar cómo implementarán las medidas que ellos mismos planificaron.
"La indagación apreciativa funciona mejor en entornos desafiantes"
En entrevista con AltoNivel.com.mx, Cooperrider explicó que la indagación apreciativa es perfecta para países como México, donde las crisis y las malas condiciones de trabajo son la constante. "Esta herramienta es más poderosa en escenarios adversos, cuando los líderes necesitan armas para convertir las crisis en oportunidades comerciales".
La psicología positiva de las fortalezas humanas y las herramientas de la indagación apreciativa optimizan las tareas de los líderes, quienes podrán atender lo verdaderamente importante. "Los gerentes siempre están apagando incendios, están envueltos en tantos problemas y se orientan tanto hacia ellos que terminan alimentándolos y perdiendo de vista las oportunidades", explica. De ahí la importancia de herramientas que permitan ver lo positivo en cada ser humano. "El líder aceptará que no todos son buenos para todo, así que usará la indagación apreciativa para ver lo mejor de cada persona y de cada sistema".
Uno de los mitos de los equipos pequeños es que cada miembro debe dar lo mejor de sí para que el equipo sea exitoso; pero en realidad el líder debe asignarle tareas en las que sabe va a destacar. "Solíamos pensar que los trabajadores se encargan del trabajo pesado y la gerencia de las decisiones trascendentales, pero esa idea destruye el sentido de involucramiento y mina al empleado", indicó el experto.
La felicidad, abundó, se conforma de distintos elementos: sentirse respetado, útil, involucrado y mantener relaciones significativas. Ciertamente, infinidad de organizaciones no son lugares en los que se pueda florecer. Encuestas internacionales revelan que el 75 por ciento de las personas que trabajan en una empresa no están involucradas. "Y cuando digo que una persona está involucrada es porque pone mente y corazón".
Cooperrider ha trabajado con empresas que tienen altas tasas de rotación y de ausentismo, debilidades eliminadas o reducidas cuando a cada trabajador se le trató con respeto y, sobre todo, se le escuchó. Por ejemplo, en Toyota cada empleado, en promedio, contribuye anualmente con 400 ideas para mejorar la empresa. "Cuando se alcanza ese nivel, la gente dedica su vida a esas mejoras y se convierte en fuente del éxito de otro".