Ir en bici está de moda: aspectos de la vanguardia ciclista

Por Rafael @merkabici

Sabemos que te encanta el ciclismo, que lo llevas practicando toda la vida, que no pasa un día sin que mires por la ventana para ver qué tal tiempo hace por si puedes salir a dar una vuelta. Todo eso lo sabemos, eres aficionado pata negra, lo llevas en la sangre, nunca has tenido ninguna duda de ello.

Por eso habrás visto que la bicicleta se ha ido convirtiendo en los últimos años en un objeto de culto, casi una moda y que hoy ir en bici es un sinónimo de estar al día, de ser una persona cool, de entender qué es lo que se lleva. Por eso queremos hoy hablarte un poco de esa situación que consideramos positiva para todos los miembros de esta enorme familia ciclista de la que formamos parte tú y yo.

Seguramente todo empezó con el auge de la bicicleta urbana, con ese ansía que de pronto entró a cierto tipo de gente por desplazarse a su trabajo en bicicleta, por disfrutar de su ciudad de una forma distinta, más segura, más ecológica, más tranquila. Eran personas con alta conciencia social, con un cierto nivel adquisitivo, con intereses de tipo cultural y con una estética urbana muy del agrado de ciertas capas de la sociedad.

Evidentemente el hecho de que el urban biker se fuera extendiendo más y más hizo que las grandes marcas sacaran todo tipo de materiales para ello, desde bicicletas fixies de todo tipo (las fixies son el vehículo preferido de estas personas) hasta cascos y guantes especiales, con un estilo más adaptado a la ciudad, con el que puedes llegar al trabajo o a una cita sin llamar demasiado la atención. Porque, dejémoselo claro, la ropa ciclista tradicional es quizás demasiado llamativa, demasiado chillona para poder utilizarla en el día a día. Y precisamente lo que busca esta cultura de bicicleta urbana es la posibilidad de ir en bicicleta a cualquier sitio en cualquier momento.

El siguiente paso era sacar ropa expresamente ciclista pero siguiendo ese estilo urbano, con un cierto toque retro, que tanto agradaba. No era, ni mucho menos, algo extraño para el mundo del ciclismo, puesto que suponía la vuelta a la moda que había imperado en el propio ciclismo profesional entre los equipos de los años 60 y 70. Líneas desnudas, colores muy puros, poca sobreexposición del patrocinador y un estilo sobrio y elegante que puede incluso ser utilizado en momentos fuera de la bicicleta. Entre los colores eran muy apreciados el morado Mercier o el azul Bianchi, tanto por la belleza de sus trazas como por lo simbólico de los mismos. En este sentido la empresa británica Rapha ha sido la que mejor ha venido aprovechando esta tendencia, sacando toda una línea de prendas de este estilo que han tenido muchísimo éxito, y se han ido extendiendo a otros aspectos como las zapatillas ciclistas o los guantes. El salto al pelotón profesional, de la mano del poderoso equipo británico SKY (lo anglosajón es siempre sinónimo de vanguardia y gusto para cierto tipo de cultura urbana) supuso su momento de popularidad definitiva, que ha venido acompañado de muchas otras marcas que imitan en lo posible el estilo genuino de Rapha y la calidad de sus componentes.

La llegada de toda una cultura en la Red y de nuevas revistas en papel como la británica, de nuevo, Rouler, ha terminado de implantar esta nueva visión del ciclismo, que ya no es un deporte de colores chillones y personas pedaleando con mallas apretadas, sino una estética cool perseguida por todos los que en Europa quieren estar a la moda. Y a nosotros, que nos encanta la bici, nos agrada mucho esta nueva visión, porque todo lo que sea favorable para las dos ruedas nos será favorable a sus aficionados. Eso sí…nunca te olvides de pedalear. Ni del caso, ¿eh?