La disciplina de los picidos , si se la puede llamar así es una de las mas complicadas a mi manera de ver , un pajarero debe tener como principal virtud la paciencia, esa que te exige largas esperas hasta que te brinda la llegada de la especie que buscas o que te hace recorrer largas distancias para tener una breve oportunidad de conseguir un avistamiento, pero la de buscar un carpintero en un bosque es sin duda una de las mas complicadas ya que aunque la presencia sea notoria, e incluso evidente en algunos casos el éxito no está para nada asegurado.
Pero esta afición es siempre generosa, nunca defrauda y todas las ocasiones brinda una experiencia, cuando menos, ...satisfactoria, en estas dos ocasiones he sido recompensado, de formas diferentes pero con igual premio, en la primera con esta maravilla de animal , una pareja de pitos negros que a pesar de no ser mi objetivo me hicieron disfrutar de lo lindo, las fotos no hacen justicia a la belleza del ave pero sirven de soporte a mi relato.
la segunda ocasión con premio, transcurre en los mágicos momentos previos al ocaso en los que los animales nos suelen brindar avistamientos mas, "activos" por su parte , en esta ocasión mientras nos deleitabamos con las evoluciones de un par de mirlos acuáticos entre las piedras semisumergidas del rió subrepticiamente los oculares de los prismáticos se ven completas por la figura de un enorme jabalí macho que cruzaba las heladas aguas del Irati como si fuesen las de cualquier tórrido río sureño, tremendo verraco, ajeno a nuestra presencia continuó durante un rato hozando entre el humos del hayedo hasta perderse en el bosque.
Un placer, esta vez compartido con Alberto estefanía y Montse gorria, se que ellos lo disfrutaron con la misma intensidad que yo, aunque,...sin fotos.
Con esta foto quiero mostrar el tremendo poder que tienen estos animales a la hora de "trabajar la madera", el picamaderos ha "cizallado", literalmente el tronco en busca de larvas , las astillas no envidian en finura a las de ninguna serrería , hace autentico serrín con este tronco de unos 40 cm de diámetro.
No podian faltar los trepadores, en esto ambientes tan propicios son abundantes