Título: Irene.Autor: Pierre Lemaitre. Editorial: Alfaguara, 2015.Páginas: 400.
Resumen oficial.
No volverás a leer del mismo modo una novela negra...
El comandante Camille Verhoeven vive la vida perfecta: está casado con la maravillosa Irène, con la que espera su primer hijo. Pero su felicidad se resquebraja tras un asesinato inusualmente salvaje. Desde que la noticia se hace pública, la prensa lo acecha y cada uno de sus movimientos se convierte en noticia de portada.
Verhoeven descubre que el asesino ha matado antes. Cada uno de sus crímenes parece rendir homenaje a una novela negra clásica, por lo que los periodistas se apresuran a darle un sobrenombre: «El Novelista». Quienes pueden ayudar a encontrarlo se suman a la lista de sospechosos: un librero y un profesor universitario expertos en novela negra. La investigación se convierte así en un duelo intelectual, y en una aterradora carrera contra el reloj.
La novela negra más original y poderosa de los últimos años.
Impresión personal.
Hacía muchísimo tiempo que quería estrenarme con este autor. De hecho tengo en la estantería una de sus novelas, Vestido de novia, esperando hacerle un hueco temporal. Desde luego, ha subido todos los puntos necesarios para que no se me vuelva a olvidar entre otros muchos pendientes. Porque lo cierto es que Pierre Lemaitre me ha enganchado a su estilo sin solución.
No sabría decir que me ha gustado más de esta novela. Los personajes, todos ellos me han encantado, desde los personajes principales a los secundarios. La trama es brutal, gigante y bien armada, sorprendente, temible y escalofriante, tanto que no puedes dejar de leer a pesar de que muchas escenas te echan hacia atrás por lo bien descritas. Casi palpas y hueles la sangre. Unos escenarios perfectamente dibujados que te aparecen poco a poco ante los ojos tal y como lo van viendo los policías que los van descubriendo. Como ellos, casi siempre vamos a la zaga, y nos encontramos con la escena que el asesino nos ha querido dejar.
Irene es la primera entrega de una serie protagonizada por Camille Verhoeven, un peculiar comandante de la policía con una discapacidad evidente debido a su baja estatura pero que, como decía mi madre "lo más importante lo tiene bajo tierra". Por que Camille es un policía muy inteligente y sagaz, capaz de ver las cosas desde otro punto de vista a pesar de lo que resulta evidente para el resto. Por eso, se enfrenta no sólo a un criminal tan inteligente o más que él, sino que ha de pelear también contra los medios de comunicación y sus propios superiores para solucionar los casos. A veces parece que todo el sistema se pone en contra de la verdadera resolución de los asesinatos y lo que se dice externamente, resulta lo más importante. Pareciera que retirar del caso a quien lo lleva, es la solución a los crímenes. Por suerte, Camille siempre tiene un as en la manga que ni nosotros ni nadie conoce y siempre suele salir airoso. Su gran apoyo, su mujer, una Irene sensual, cariñosa y comprensiva que le brinda toda la estabilidad y seguridad que puede requerir tanta atrocidad como tiene alrededor su marido. La barbarie se compensa a través de ella de ese modo y ayuda a que el policía pueda tener ciertos momentos de serenidad durante la resolución del caso hasta que todo se precipita sin freno.
La verdad es que la trama me ha dejado K.O. de principio a fin. Lemaitre no te deja tregua, más allá de la tregua que le da al propio Camille cuando regresa a casa con su mujer. El resto del tiempo, no puedes dejar de ir de su mano descubriendo a su ritmo los posibles hilos de los que tirar y te equivocas con él tantas veces como él lo hace. Es una trama vertiginosa, nada exenta de detalles en los escenarios, tan duro todo como el asesino nos lo pinta, sin escamotear en las descripciones pero sin regodearse en ellas. Y el final, de infarto, de quedarte totalmente trastocada y seguramente Camille en su próxima entrega aún siga muy afectado.
No me voy a extender más. El libro no lo necesita. Es una novela de diez sobre diez y si os gusta la buena novela negra, con tramas metaliterarias, no debéis dejarla pasar en modo alguno.