Irene Villa

Publicado el 27 enero 2021 por Plasnisk

Dios mío, no siento las
piernas

Irene Villa González es una que se hizo famosa a los doce años, cuando sufrió un grave atentado de ETA. Lo primero que le pasó apor la cabeza cuando explotó la bomba fue su vida entera fueron las piernas.

Desde entonces vive con prótesis, ya que sin ellas dejaba marca en el suelo, como los caracoles.

Al principio se lo tomó a mal. Sobretodo porque ahora ya no hacía pie en la piscina y tenía que sujetarse las compresas con tirantes. Pero luego solo vio ventajas. Ya no tenía que depilarse (como mucho barnizarse) y nunca tendria varices.

Antes del suceso dormía como un tronco, a pierna suelta. Después también.

Su sueño siempre fue hacer el saque de honor en Mestalla, su estadio de fútbol favorito y hacer el Camino de Santiago a pie.

Después de un tiempo trató de vivir como una persona normal. Primero intentó ser jinete, pero no pudo ser, ya que se caía del caballo y aún no se habían inventado las bragas con velcro.

También quiso ser cajera, pero sus compañeras no dejaban de hacerle la zancadilla. Iba a trabajar en bicicleta. En la cesta. Luego reunió dinero y se compró la moto de sus sueños, una honda expansiva. Al final dejó el trabajo porque la explotaban.

Se casó en 2011 y con el vestido de novia parecía una pelota de Badminton. Luego de tres hijos, se divorció. Su marido aún espera que vuelva arrastrándose.

Escribió un libro que no hemos leído, apareció en programas de radio que no hemos oído y en programas de televisión que no hemos visto. Pero lo de esa manera de cortarse el pelo con un casco medieval no hemos dicho nada, eso sería de mal gusto.