Hoy es el día de las letras gallegas y nada mejor que celebrarlo hablando de una gran artista gallega a la que aprecio y admiro mucho. Iria Rodríguez no es escritora, pero podemos decir que sus obras cuentan siempre una historia, mezclándose entre el mundo real y el de la fantasía. A veces ver su obra es como entrar en el mundo de Alicia o del Mago de Oz, donde una tetera puede cobrar vida o unos zapatos echar a volar.
Escultora, pintora, artista plástica, trabaja el bronce, pasta de papel, xilografía, calcografía... puede presumir de haber sido elegida por el mismísimo Antonio López, otra de mis debilidades artísticas, para participar en una cátedra impartida por el mismo durante una semana. Inquieta y siempre experimentando Iria refleja su caracter abierto pero no exento de cierta timidez que olvida a la hora de enfrentarse a sus proyectos. Además de en España, su obra a traspasado fronteras y ha sido expuesta en México y Nueva York.
Imparte cursos de iniciación a la escultura en pasta de papel los sábados en su estudio en plena naturaleza, que comparte con Lucas, un precioso burro.
Podéis adquirir alguna de sus obras aquí, o directamente poniéndoos en contacto con ella para obras en mayor formato o series numeradas como la que tengo yo, regalo de cumpleaños. Pero mucho ojo, porque una vez que ves a una de sus niñas no parará de seguirte, a mi me ha pasado y ha acabado en mi salón.